A estos socialcomunistas de nueva generación no hay quien los entienda. Y es que ahora quieren recuperar el NO-DO del franquismo. Y algún lector con menos años que yo se preguntará: ¿y eso qué es? Pues era el noticiero propagandístico semanal de la época franquista, el cual se proyectaba en los cines antes de la película o en diversos espacios de la TV nacional de aquellos años. Y es que a la portavoz del Gobierno socialcomunista, Isabel Rodríguez, no le gusta la forma en que la información llega a los españoles a través de los medios de comunicación. Es decir, no le gusta la libertad de expresión y criterio de los diferentes medios, por lo que ha propuesto públicamente que “los medios de comunicación reserven un espacio para transmitir el pensamiento único y lo acordado en el Consejo de Ministros, al igual que se hace con la información meteorológica”, ¡ahí queda eso!
Y yo, como españolito de a pie, le diría, sr. ministra, que para transmitir lo acordado en un Consejo de Ministros ya disponen ustedes del BOE. Por lo que lo demás se llamaría únicamente intento de adoctrinamiento de la ciudadanía, tratando así de anular la libertad de pensamiento de los ciudadanos al sesgar la libre información.
La conclusión es nítida: la libertad de prensa y el derecho a la información es una quimera para estos “demócratas” de toda la vida, por lo que quieren recuperar las buenas maneras de “informar” de los mejores años del caudillo de España por la gracia de Dios. Sin duda alguna, si Franco levantara la cabeza miraría con satisfacción los pasos de sus nuevos pupilos y seguramente les aconsejaría, como buen dictador, la manera de censurar efizcamente a los medios no afines al régimen, en fin.
Estos son los que “se dejan la piel por su país”. Pero ¡qué cuento tienen!, y qué bien viven de los dineros de nuestros impuestos, como auténticos nuevos ricos y sin cortarse un pelo. Y aunque podamos echarnos unas risas -por no llorar- con esta tropa con más frecuencia que la deseada, hay que decir que no todo son gracietas bananeras las de estos personajes.
Y es que cómo ciudadano español no me produce ni pizca de gracia -y sí mucha indignación- el anuncio del aún presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de eliminar el delito de sedición, modificando y reformando para ello el Código Penal, dejándolo así en un simple hecho de “desórdenes públicos agravados”. Todo por mantenerse en el poder a costa de todos y por encima de absolutamente todo y para que sus cómplices le aprueben sus Presupuestos Generales del Estado. ¿Este es su socialismo progresista? Libertinaje total y absoluto por calificarlo lo más respetuosamente posible.
Y han hilado fino, pero muy fino, para ello. Ya que, al tramitarlo como proposición de ley y no como proyecto de ley, Pedro Sánchez y su cohorte de ministros y ministras esquivarán de esta manera los posibles informes contrarios del CGPJ y del Consejo de Estado.
Nos engañan una y otra vez pensando únicamente en sus propios intereses. España y los españoles no nos merecemos este Gobierno y más en el contexto económico y social al que nos vamos enfrentar en muy poco tiempo. Me es difícil entender y comprender cómo la avaricia desmesurada, el egocentrismo y las ansias de poder y protagonismo de algunos y algunas pueden ir en la línea de romper la unidad de un país, laminando de un plumazo la convivencia de sus habitantes y confrontando a semejantes, con tal de seguir enganchados a la erótica del poder sin ningún tipo de rubor ni escrúpulos. Esta es la España que nos están dejando.
