Opinión

La irresponsable escalada bélica en Ucrania

Intento seguir diariamente desde su inicio los partes, informes y comunicados de una y otra parte involucradas en el conflicto bélico iniciado por Rusia en territorio ucraniano, y puedo decir con objetividad que las medidas de movilización parcial de reservistas de ciudadanos rusos (algunos analistas militares de la UE hablan de una horquilla de entre 300.000 y 500.000 reclutas, ya que el decreto ruso no lo explicita), anunciadas la semana anterior en un discurso televisado a la nación de Putin a sus paisanos, es una pésima noticia para todos aquellos que esperábamos un final del conflicto bélico lo antes posible, vía negociación entre ambas partes.

Este nuevo paso en la escalada es ciertamente peligroso, porque ya no se corresponde a la “misión especial en Ucrania” que tanto ha servido de justificación a Rusia. Ya que con la próxima anexión de las provincias de Luhansk, Donest, Jerson y Zaporiyia, lo que se intenta ahora es justificar una guerra sin tapujos para defender el territorio ruso previamente anexionado vía referéndum en las regiones ocupadas para darle un status artificial de legalidad internacional. Y además, justificar su escalada hasta la posible utilización de armamento nuclear: “Si amenazan nuestra integridad territorial, utilizaremos todos los medios disponibles para proteger a Rusia”.

Y ¿por qué este nuevo y nocivo paso en una guerra que directa e indirectamente implica ya a decenas de países? Pues porque el paseo militar que iba a suponer la “misión especial” iniciada por Rusia está estrepitosamente fracasando, convirtiendo esta decisión política de Putin en la más arriesgada y perniciosa que jamas haya tomado en sus últimos 20 años de poder absoluto al suponer de facto un enfrentamiento directo con la OTAN y todo lo que ello representa, así manifestado también por el propio ministro del ramo ruso públicamente.

Aunque Rusia no lo va tener fácil, ya que, según publican recientes informes militares anglosajones, le faltarían cuadros de mando para las nuevas unidades, en concreto oficiales y suboficiales. Todo ello con una logística y reservas materiales desfasadas, no actualizadas y no acordes a los innovadores conceptos de plataformas lanzaderas de misiles de última generación, o drones con tecnologías punta y de extrema precisión. con lo que su efectividad en combate sería a priori reducida. Aun así, la irresponsable e injustificable amenaza de armas nucleares es una enormemente peligrosa espada de Damocles que pende sobre todos los países occidentales, lo cual nos debería preocupar,y mucho, a todos y todas. Por lo que me parece acertado que el presidente Biden, ante la Asamblea General de la ONU, ofreciera una firme respuesta a la guerra de Rusia en Ucrania anunciando que “una guerra nuclear no se puede ganar y nunca se debería luchar”.

El contexto económico y energético europeo -y en la parte que nos toca- creo que ya lo conocemos, con el gas y el petróleo nuevamente disparados en sus precios. Y debemos ser conscientes de que el agravamiento y prolongación de la guerra en Ucrania solo lo empeorará aún más. Es decir, que las previsiones macroeconómicas y la economía real va a ser más dura aún que lo anunciado por todos los organismos estatales y europeos. Lo demás sería ponernos una venda en los ojos para no querer ver lo que nos rodea. Y soy escéptico en este asunto, porque también soy consciente de que no tenemos un Gobierno de la nación, ni de lejos, a la altura de las circunstancias y del delicado momento histórico que nos ha tocado vivir.

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