Opinión

Una izquierda caótica y egocentrista

 Una izquierda caótica y egocentrista

El mundo al revés, desde luego. Escuchar a los representantes de ERC y Bildu, el jueves por la mañana, cuatro horas antes del pleno del Congreso, exigiendo un acuerdo de gobernabilidad para España entre Unidas Podemos y PSOE, pues deja descolocado a cualquiera. ¿Cuántos intereses y trapos sucios nos querían ocultar esta gente? ¿Indultos a golpistas? ¿Convocatoria de referéndum para romper la unidad de España? ¿Riego de miles de millones de euros de los dineros de todos para el país Vasco y Cataluña? En fin, baste un pequeño ejemplo de los vergonzantes intereses personales focalizando en unos partidos de izquierda que ya demostraron su "compromiso" con la sociedad en el último pleno de la Diputación provincial de A Coruña, incrementándose en el mismo sus retribuciones públicas un 86%, como diputados provinciales, al pasar la partida general de 527.447 a 980.495 euros (y ni se inmutan los personajes por las criticas recibidas).

Pobre España, no le llegaban los saqueos y robos cometidos por políticos corruptos sin escrúpulos en los últimos años, deteriorando la imagen institucional de las administraciones a mínimos históricos y convirtiéndose ellos mismos en un gravísimo problema para la sociedad en general -tal como se recoge en el último CIS hecho público-, que ahora los partidos de la izquierda, esos que dicen defender las políticas sociales y la defensa del interés general, en un espectáculo bochornoso e insufrible, han derivado a nuestro país a una situación constante y progresiva de inseguridad e inestabilidad en pleno proceso de recuperación. Vaya responsabilidad la de estos señores que viven muy, pero que muy bien de lo público. 

Pero hay más responsables de haber llegado a esta situación: Ciudadanos ha perdido la inmejorable ocasión de dar estabilidad a España arrastrando al PSOE a la centralidad política formando un gobierno estable, de mayoría y arrinconando a unos partidos radicales independentistas que ahora, con el escenario actual, están más que crecidos. Creo que el partido del señor Rivera ha tocado techo y ahora se va desinflar de una forma estrepitosa, un bluf que ya ha durado demasiado tiempo y que, como se ha visto en mi ciudad, Ourense, no están a la altura de las circunstancias, ni de nada. No me extraña que a ese partido se le estén yendo sus cargos orgánicos y públicos y sus militantes a cientos en toda su red de franquicias nacionales que han abierto en los últimos años en nuestra España, evidenciando así un partido político en caída libre.

De todas formas, unos partidos de izquierda que ni son capaces de ponerse de acuerdo en su particular reparto de sillones de ministros, ¿cómo se van poner de acuerdo para gobernar España? ¿En manos de quién estamos? ¿En las de un endiosado “Señor del Falcón”, saboreando champán y lubina salvaje desde la altura de los cielos? ¿O en las de los opulentos y ricachones emperadores marxistas formado por el matrimonio de Pablo Iglesias?

Después de este estrepitoso fracaso de la llamada izquierda española, creo y pienso que el Partido Popular tiene la obligación moral, después de tantos y tan gravísimos errores cometidos, de resetearse para crecer sólidamente, desprendiéndose de una vez por todas del lastre de un pasado del cual tiene que pasar página lo antes posible de una manera definitiva y contundente, y volver a convertirse en un partido con verdaderas e ilusionantes opciones de gobierno. No hay otra opción.

Y una última pregunta-reflexión: ¿Hoy gana o pierde España? Pues las dos cosas. Pierde por la imagen dada de una clase política que no tiene solución y que solo contribuye a generar más problemas e inestabilidad. Gana porque Unidas Podemos no es, ni será nunca, un partido de gobierno y mejor así. 

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