Opinión

Los cuatro jinetes del Apocalipsis

Luz, carburantes, cesta de la compra e impuestos. Estos son los actuales significados de los colores de los cuatro caballos del Apocalipsis que trotan sin tregua de norte a sur y de este a oeste por esta España nuestra con unas riendas gobernadas por el lado oscuro. Dicen las habladurías que los jinetes del Apocalipsis se llaman igual que los ministros y ministras socialcomunistas del actual Gobierno bipartito, ¡vaya casualidad! Y es que la destrucción de nuestro estado del bienestar y de la clase media española es de tal calado que uno ya no sabe qué pensar. 

Y entre tanta desazón aparece ahora -tarde, mal y arrastras-, una presentación de la modificación del artículo 544 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para que en los casos de “allanamiento de morada o usurpación de bienes inmuebles”, es decir, una okupación ilegal de una vivienda o propiedad, pues un juez pueda “acordar motivadamente el desalojo en el plazo de 48 horas desde la petición a instancia de la parte legítima o desde la remisión del atestado policial”. Bueno... debo decir que la problemática de la okupación de una propiedad se está cronificando en Galicia de hace un tiempo, constituyendo ya un grave problema social al no existir una respuesta jurídica uniforme a un problema que se está enquistando en las grandes ciudades y municipios costeros más turísticos de nuestra Comunidad Autónoma. Todo ello con el agravante de que la duración media de los procedimientos judiciales de desalojo por una okupación es de 14 meses en Galicia, casi nada. Y todo ello en un contexto donde se ha incrementado un 15,3% el número de okupaciones en la comparativa interanual, lo que supone un máximo histórico desde que hay registros. Por lo que considero que es fundamental reformar la Ley de Enjuiciamiento Civil y la Ley de Enjuiciamiento Penal, con el fin de que los procedimientos de desahucio se lleven a cabo por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado sin esperar la autorización judicial. Este es otro de los efectos colaterales del devenir de los jinetes del Apocalipsis en nuestro país. 

Y en mi ciudad, Ourense, es donde más destrozo y destrucción ha producido el cabalgar apocalíptico. Aunque aquí los jinetes son otros, y estos son aún mucho más destructivos, nocivos y perniciosos que los anteriores. Con unas colas del hambre que se han duplicado en este verano. Con un crecimiento exponencial de una delincuencia callejera que exhibe una violencia jamás vista en nuestra ciudad. Con un destrozo del mobiliario urbano y una degradación del patrimonio arquitectónico que no tiene freno y ofrece una imagen desoladora de nuestras calles y zonas más emblemáticas, como el casco antiguo. Con un cierre de negocios de todo tipo que aumenta aún más la debilidad del tejido económico local, dejando un reguero de locales vacíos en la práctica totalidad de la ciudad y provincia. Y con un abandono económico y social brutal en todos los parámetros. 

Aunque al igual que el Apocalipsis concluye con esperanza (la tierra y el cielo son hechos de nuevo), pues mi columna quiere tener el mismo fin. Una España que debe renacer fuerte económicamente y cohesionada socialmente, y obviando y desairando el lado oscuro de un socialcomunismo que únicamente nos ha sumergido en las pantanosas y turbias aguas del libertinaje, miseria, confrontación, desidia, soberbia y ostracismo a raudales. Una España, una Galicia y un Ourense que deben resurgir a partir del 28 de mayo del 2023 con ilusión, fuerza y esperanza. 

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