Opinión

Nuestro termalismo, nuestra Plaza de Abastos

Hace escasos días, Diputación provincial y Xunta de Galicia rubricaban un acuerdo marco que recogía las bases necesarias para que un proyecto imprescindible para nuestra reactivación económica y social se pusiera en marcha. Un conjunto de actuaciones que van acompañadas de la partida presupuestaria correspondiente para iniciar el ansiado y esperado Plan Termal de Ourense, que permita de una vez por todas, como así manifestó el presidente de la Diputación, Manuel Baltar, "pasar de las palabras a los hechos". Esto mismo es lo que necesitamos y demandamos los ourensanos: hechos tangibles y realidades contrastadas con retorno, por lo que solo puedo manifestar mi apoyo incondicional a un proyecto que inicia su andadura y que debe despertar nuestra ilusión y colaboración.
Apoyo y colaboración que expreso y derivo también en su totalidad a todos los comerciantes y emprendedores que componen nuestra Plaza de Abastos. Por supuesto que apoyo su manifiesto, que es el de todos, y claro que el encaje legal dentro de la reclamación presentada tiene cabida en la nueva y actual ley de rehabilitación, regeneración y renovación urbana que tantas veces (y todas las que sean necesarias) he defendido, explicado y argumentado desde esta misma columna de opinión. Mejorar el estado de conservación, la accesibilidad, la calidad, la sostenibilidad y la eficiencia energética para contribuir a la reconversión y reactivación de edificios y entornos como el de nuestra plaza, encuentra fundamento en uno de los ejes principales de la actual Ley de Vivienda. Ley que apoya la necesidad de un cambio de modelo urbanístico con el que me encuentro totalmente identificado y que persigue una reactivación sostenible para disponer de edificios más seguros, confortables, accesibles y de mayor calidad.

Esta ley nos permite facilitar la rehabilitación y flexibiliza el régimen jurídico aplicable al suelo urbanizado, reduciendo las cargas aplicables. Además, el programa de fomento de la rehabilitación persigue impulsar actuaciones de intervención en edificios e instalaciones con el fin de mejorar su conservación y garantizar la accesibilidad, y tiene cabida también en el programa para el fomento de ciudades sostenibles y competitivas dentro de sus apartados de mejora de zonas turísticas y de mejora en los proyectos realizados en sus centros y cascos históricos. La justa y necesaria reclamación de los comerciantes e industriales que componen el importante colectivo económico de nuestra plaza tiene su encaje a la perfección en una ley que recoge en su totalidad las reivindicaciones expuestas.

Nuestra Plaza de Abastos es uno de los reclamos turísticos más importantes de nuestra ciudad y sus condiciones deben ser óptimas, pero no lo son. Se ha iniciado la solución de una necesidad imperiosa, nuestro termalismo, pues tengamos la misma energía y positividad para solucionar otra demanda histórica, la de dotar de unas condiciones acordes y dignas a una Plaza de Abastos que es el escaparate de nuestros productos gastronómicos y del comercio de nuestra ciudad.

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