Opinión

¡Ourense bien vale un voto!

No hay excusa posible. Este domingo, Ourense quizás gaste su último cartucho ardiendo para salir del abandono, desamparo y nepotismo al que sistemáticamente hemos sido sometidos en los últimos tiempos. No valen lamentaciones posteriores, ni explicaciones o análisis freudianos. Este domingo, los ourensanos y ourensanas tenemos el derecho, y la obligación moral, de acudir a votar. Nuestro futuro inmediato como sociedad está más que cuestionado en diferentes y múltiples parámetros sociales, laborales, económicos, demográficos... Ourense tiene que volcarse masivamente en las urnas para manifestar qué futuro queremos. 

Y no, no me ilusionan ni siento una especial motivación a priori por ninguno de los candidatos a alcalde de mi ciudad, debo ser sincero y lo estoy siendo, lo demás sería un ejercicio de hipocresía o palmerismo borreguil. Pero es lo que hay... y Ourense tendrá que escoger entre el menor de los males, es decir el menos malo, para intentar recomponer el brutal estropicio y destrozo cometidos a lo largo de estos años. Y sí, me hubiera gustado que Ourense tuviese por primera vez una alcaldesa. Creo que era el momento oportuno, porque ello hubiese significado una ruptura total y absoluta con un pasado político municipal para olvidar en estas últimas legislaturas. Hubiese significado un antes y un después, que era justo el revulsivo y el cambio que necesitábamos como ciudad. 

No sé cuál será el resultado de las urnas, que para mí personalmente sigue siendo aún una incógnita. Pero sea cual sea, pido que los intereses generales de Ourense primen honestamente por encima de cualquier vanidad personal. No nos podemos permitir otro mandato que nos someta al más profundo de los olvidos. Ya llegamos tarde a demasiados asuntos vitales que cuestionan nuestra viabilidad como tercera ciudad de Galicia. 

Ourense necesita unos presupuestos municipales realistas. Que actúen como un sólido plan de choque con diversas líneas de actuación. Y por supuesto, aprobados en tiempo y forma, porque no todo en la vida son fiestas y verbenas. Un plan general de ordenación urbana acorde a la momento y necesidades actuales. Y es que, un PXOM no solo se refiere a construir en vertical o horizontal, ni a su edificabilidad; un PXOM son servicios, infraestructuras, suelo comercial e industrial, ordenación del urbanismo y seguridad jurídica urbanística, crecimiento ordenado y recuperación del patrimonio arquitectónico y, por supuesto, creación de actividades económicas y motor de generación de empleo estable y de calidad. 

Que miles de jóvenes ourensanos se nos hayan ido en las últimas décadas por falta de oportunidades laborales en la ciudad que los vio nacer nos debería llevar a una profunda reflexión. Al igual que la sangrante deslocalización que hemos, y seguimos, sufriendo de empresas y profesionales hacia otras provincias o comunidades autónomas. 

Ourense necesita revivir, prosperar, mejorar nuestra calidad de vida . Y por ello, nuestra ciudad, Ourense, necesita urgentemente un sólido proyecto de futuro, planificación con objetivos que se ejecuten y fiscalicen, y un horizonte nítido. Y por ello mismo, este domingo debemos acudir a la urna de nuestro colegio electoral y depositar nuestra unipersonal voto. Eso es democracia, eso es libertad, eso es construir Ourense en positivo y con visión de futuro, y es nuestra responsabilidad como ourensanas y ourensanos. 

Te puede interesar