Opinión

¡Pasen y vean!

El espectáculo ha llegado para quedarse, y en la virtual ciudad de Ourensis los ourensanis no son los despreocupados y alegres espectadores, no, son los avergonzados y humillados extras, les guste o no, que están de pie en la arena del nuevo circo -soportando lo insoportable- que se ha instalado en la ciudad. Y el público es el resto del imperio, que acomodado en sus sofás, hace acopio de palomitas y refrescos para destornillarse de un espectáculo que promete y que va a más con velocidad supersónica. En días, Ourensis ya es conocida en todas las televisiones públicas, privadas y las que se tercien del viejo continente, en todas las franjas horarias y todo tipo de programas. Que vaya tomando nota quienes miden la audiencia de Gran Hermano, que este nuevo show va a romper todos los registros habidos y por haber. Pobres ourensanis, a los cuales parece que todas las meigas a la vez se les han desplomado sobre sus cabezas arrastrando a Ourensis a un abismo cósmico de difícil pronóstico. En fin. 

Pero volviendo a la realidad real y obviando lo virtual me pregunto: ¿y ahora qué? Porque los problemas siguen y se acumulan. ¿Que ha sido del transporte metropolitano? Más de 5.000 ourensanos (los de verdad, los fiticios son los de Ourensis) de la capital que trabajan en los polígonos industriales colindantes a la ciudad sufren en sus bolsillos (con un gasto medio de desplazamiento de más de 2.000 euros anuales) la incompetencia de las diferentes administraciones a la hora de poner en marcha un transporte metropolitano que ya hace demasiado está pendiente.

Basta con dar los datos de un único polígono, el de San Cibrao, recordar las más de 300 empresas instaladas y sus 8.000 trabajadores, para percatamos de lo que estamos hablando. Y recordando que el 66% de estos trabajadores proceden de la capital ourensana, un 8% reside en San Cibrao y el 26% restante en ayuntamientos limítrofes, convirtiéndose así en el primer foco industrial de Ourense. Todo ello con un trafico vial por el cual circulan 20.000 vehículos diarios que entran y salen del Polígono, a lo que hay que sumarle sus 5.000 vehículos de tráfico pesado. 

Y recordando también que con toda la que ha caído, y sigue cayendo, que aún a estas alturas no se haya materializado un transporte metropolitano en la ciudad de Ourense y ayuntamientos limítrofes es surrealista por no decir directamente desidioso y negligente por parte de los responsables públicos que directamente tienen la protestad de ponerlo en funcionamiento. 

Que 130.000 potenciales usuarios de un transporte metropolitano que prevé dar servicio a siete ayuntamientos conjuntamente con Ourense, facilitando así la movilidad de más de 10.000 trabajadores y trabajadoras ourensanos que realizan sus actividades laborales en las empresas ubicadas en los diferentes polígonos y parques empresariales colindantes a la ciudad, y que dicho transporte sea solo un proyecto no realizado a día de hoy después de años y años de marear la perdiz, deja muy mal parados a nuestro gestores de lo público en la actualidad, siendo el Concello de Ourense el primer responsable de tanta ineficacia e ineficiencia. La movilidad y su coste son básicos en la contratación y dinamización laboral y el transporte metropolitano para ello, vital.

Pero qué gran país el nuestro en el que las ganas de "fiesta" hacen realidad hasta las situaciones más inverosímiles y esperpénticas. Aunque eso sí, ¡esta fiesta la pagamos a escote entre todos y todas!

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