Tres palabras pronunciadas por nuestro próximo presidente de Gobierno que solo pueden tener una derivación: resultados.
Me identifico totalmente con esta declaración de principios, que va en la línea de recuperar los valores perdidos y ponerlos nuevamente al servicio de la sociedad .Valores que nunca se debían haber obviado ni extraviado, valores que para los que creemos en la cultura del esfuerzo representan las líneas maestras por las que debemos guiarnos en nuestro día a día, ya que sabemos perfectamente que si practicamos en primera persona el significado de estas palabras, el resultado no puede ser otro que ver por fin la luz al final del túnel y el principio de una nueva etapa social y económica totalmente distinta a la anterior, que puede y debe recuperar nuestro ansiado y merecido estado del bienestar. Vivimos tiempos duros, difíciles, preocupantes, por esa misma razón no se puede dilatar ninguna toma de decisión del que será el nuevo ejecutivo de este país una vez que tome posesión del cargo y de la responsabilidad que este exige. El estado de emergencia económico en el que estamos inmersos exige una pronta y solida reforma del mercado laboral y abordar sin dilacciones y con contundencia la segunda y definitiva reforma estructural del sistema financiero español, donde las entidades financieras resultantes de este segundo periodo de absorciones, fusiones o adquisiciones sea el verdadero musculo económico financiero de este país. Por supuesto, el rigor presupuestario acompañado de la consolidación fiscal deben ser los broches que complementen estas primeras medidas.
Empezamos de forma colectiva un nuevo reto, en el cual debemos tener presentes los errores cometidos anteriormente. Pero éstos no nos deben desviar del actual objetivo, que no es otro que la pronta recuperación de los puestos de trabajo perdidos para poder cuanto antes equilibrar nuestra balanza interna de ingresos y gastos, única formula que nos permitiría garantizar todos los servicios sociales públicos gratuitos, y que son los verdaderos pilares de nuestra sociedad, llámesen sanidad, pensiones o educación.
Los pueblos se hacen grandes afrontando grandes retos: pues éste es el nuestro, de nosotros depende, de nadie más.
