Opinión

Soluciones urbanísticas para Ourense

Abandono visible y constatable, tanto en nuestro perímetro rural como en la totalidad de la ciudad, incluyendo calles con aceras destrozadas, asfaltados repletos de baches o parques infantiles y paseos fluviales abandonados a su suerte en los cuales solo reina la maleza. Aunque donde el abandono llega a cotas más que desagradables y donde se debería actuar con especial énfasis es en nuestro casco histórico, buque insignia del turismo que nos visita y donde queda constatada la desidia de nuestros actuales responsables municipales en cuanto a la conservación, regeneración, rehabilitación y renovación urbana de nuestro entorno. Ni hay modelo de ciudad, ni credibilidad en su gestión, ni voluntad de practicar líneas de actuación que mejoren la accesibilidad, la calidad y la sostenibilidad de nuestro parque de viviendas y de las infraestructuras de las que disponemos.

Las iniciativas urbanísticas deben tener siempre una clara vocación social que satisfagan las necesidades prioritarias de los ciudadanos. Pero hasta ahora lo único que nos ha quedado claro es el gasto con dinero público en asistencias técnicas externas, obviando así el trabajo conjunto de los técnicos municipales del ramo que son los que deberían realizar estas tareas.

Ourense quiere calles limpias y en buenas condiciones para su uso y disfrute, y políticas urbanísticas que busquen la conservación y recuperación de entornos y edificios, pero no solo de forma virtual sino real, y para ello hay que tener presupuestos reales aprobados sin facturas pendientes de pago. Pero también hay que tener las ideas claras y saber cuáles son las prioridades para actuar con programas con retorno a la ciudad y a los ciudadanos. Para ello, el plan estatal de vivienda 2013-2016 es una herramienta, más que valiosa, a través de la cual podemos mejorar el estado de conservación de los edificios, sus prestaciones térmicas, los datos relativos al consumo energético y su accesibilidad, lo que nos llevaría a incrementar hasta un 25% el valor de la propiedad, en un marco donde todos saldríamos ganando, propietarios, entorno urbanístico y administración local. A la vez se contribuiría de esta forma a la conservación del parque ya edificado, se fomentaría la calidad, la sostenibilidad y la competitividad tanto en la edificación como en el suelo. Actuando con este proceder aumentaríamos la eficiencia energética, contribuyendo así a disminuir la factura de los hogares, como también equilibraríamos los derechos de los propietarios y sus obligaciones.

Para conseguir este resultado, la cooperación entre las distintas administraciones públicas es imprescindible, ya que estas son las que deben velar por la calidad y la sostenibilidad del parque edificado y de la ciudad con todo su entorno. Como también es imprescindible el compromiso social de los que aquí vivimos. Unos y otros debemos participar en un nuevo proyecto común que nos devuelva la ilusión a los ourensanos y en donde quede plasmado nuestra viabilidad económica y social como la tercera ciudad que somos de Galicia.

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