Bueno… hay dos premisas fundamentales en la creación de empleo a cierre del ejercicio del 2023. Una es el crecimiento del empleo público (actualmente hay 3.534.700 asalariados en las variopintas administraciones en nuestro país) y la otra, la ficticia creación de empleo de contratación discontinua. Y es que, el 2023 cierra con 3.215.970 desempleados apuntados al SEPE, mientras el paro oficial finaliza con 2.707.456 desempleados, en fin. Y para más claridad, y no precisamente la opacidad de Yolanda Díaz, a 31 de diciembre del 2023 teníamos 4.422.569 personas como demandantes absolutos de empleo, sumando el “paro oficial” y los demandantes de empleo con relación laboral.
Y aquí me gustaría añadir que cada nuevo empleo creado en el sector público conlleva un aumento en el gasto público que incrementa la carga fiscal del contribuyente. Que quede cristalino, y extraigan ustedes sus conclusiones.
Sigamos analizando los datos. Hostelería, comercio y construcción son los tres sectores que tiran de la creación de empleo en el sector privado en España, en Galicia y en Ourense. De los 20,8 millones de afiliados a la Seguridad Social que hay en España, 2,7 millones tienen nacionalidad extranjera. O lo que es lo mismo, un 13% de todos los trabajadores. Para que lo tengamos más claro, únicamente en el pasado año, 208.000 de los 540.000 nuevos afiliados a la Seguridad Social fueron trabajadores con una nacionalidad distinta a la española, un 40% del total, casi nada.
Y ¿cuál es el comportamiento y evolución del desempleo en Galicia? Pues positivo. El paro registrado en nuestra Comunidad Autónoma bajó en 12.718 personas en 2023, hasta los 129.504 desempleados. Lo que significa un descenso del 8,9% en la comparativa interanual, y una reducción superior a la de la media nacional, ya que el paro registrado cayó un 4,6% en el conjunto de España. Y ¿qué sucede en nuestro Ourense? Pues que, con una caída del desempleo del 7,8% en la comparativa interanual, nos situamos en la provincia en 15.020 personas desempleadas, que es la horquilla en la que nos movemos en los últimos años.
Dicho esto, y haciendo un repaso de los datos oficiales, extraemos una nítida conclusión: la población extranjera en Ourense no solamente está frenando la caída demográfica, sino que supone uno de cada dos nuevos contratos en el sector servicios y hostelería, a la vez que están contribuyendo a espolear la economía con la apertura de nuevas actividades económicas y frenando así también la drástica reducción del empleo autónomo ourensano. Y aquí me haría otra pregunta: ¿es esta nueva población extranjera que estamos recibiendo flotante o estática? Esa es la cuestión para cualquier previsión realista futura.
Y unos últimos apuntes: mejorar la calidad del mercado de trabajo, impulsar la flexibilidad laboral, aumentar la eficiencia de las políticas activas de empleo y reforzar la sostenibilidad del sistema, actualizar y ampliar el Programa de Activación para el Empleo, renegociar y potenciar la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven y reforzar la lucha contra el fraude laboral deberían ser algunas pautas a seguir para conseguir un empleo estable y de calidad.
