Opinión

Azaroso

A veces el baloncesto es un juego confuso donde las cuentas solo cuadran en las previas. Esta fue una de esas ocasiones. Donde el dibujo de un buen planteamiento, mejor desarrollo, acaba por definirse en veleidosas actuaciones personales, donde se llega hasta donde se llega. Quizá la "diferencia" entre el Valladolid y Renovables Ourense no esté en los 14 puntos, como máxima diferencia a favor del conjunto ourensano, ni tampoco los 12, también favorables, a poco más de 2 minutos para finalizar el partido, pero así era la sorpresiva realidad ¡Coño, si por estadísticas, solo nos ganaron en robos! y no sé hasta que punto puede ser la manera más justa de dilucidar una disputa. Los de García de Vitoria jugaron y hasta dominaron -Uriz así lo gestionó- con brillantez - la de Henríquez "Adoni(y)s- con fuerza -"Joseph es muy duro", defendía su técnico- y así el resto, en un 1x1 donde solo las "bombas" a lo "Juan Palomo" de Reed Timmer y la prestancia de Martín y De la Fuente, los "amos" del negocio, ya, muy, pero que muy, al final, desajustaron el equilibrio/dominio ourensano...Llamémosle pecados de juventud. 

Se podría decir que el Renovables Ourense fue como una canción Leonard Cohen, bella... pero invariablemente triste. Por otra parte lo sucedido en Valladolid también nos lleva a pensar que el baloncesto también se juega en los despachos, en la modelación grupal, y ahí, en esta su primera exposición, Gonzalo García de Vitoria parece que una vez más ha logrado configurar un buen conjunto: no le hace ascuas a la defensa, con tino en ataque y profundidad de banquillo... Ese el camino.

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