A quienes gusta el baloncesto. No dejen que se lo cuenten. Ajusten agenda y horario al de los partidos a disputar por el COB en el Pazo, retire su entrada o abono para la segunda vuelta, ocupen su asiento y a disfrutar. Espectacular. Aún hay tiempo y partidos suficientes, Lleida, Burgos, Navarra, Coruña o Lugo y como cenit que es en el baloncesto, el play off.
Lo sucedido el pasado sábado en el Pazo ante el Melilla no vino a ser más que una nueva demostración de superioridad por parte del COB. Lo que fue más una "cata" -para las artes marciales japonesas una forma de preparación o secuencien de movimientos establecidos que se practican solos o "formas teatrales" - que un enfrentamiento. Abrumador dominio ourensano ante un Melilla que pasa por ser de los importantes de la categoría o cuando menos de los más expertos.
Triunfo convincente. Demostración de que el conjunto ourensano tiene en la dirección de Rivero y la progresión de Díaz una base solvente. Un juego exterior, Arco, Suka-Umu o Martínez, diferenciador por fundamentos y solvencia. Más aún tras la incorporación de Darien Brothers, atinado complemento, capaz, aún sin estar en su mejor condición física, por habilidad y lectura del juego, de hacer esa falta personal "táctica", coger un último rebote ofensivo, aplicarse en defensa o asumir la responsabilidad necesaria. Así lo hizo ante Melilla. La ansia por agradar en su presentación del "novato" Aaron Geramipoor (2,12 m.) condicionaron su capacidad fisica, coordinación y envergadura. Incorporación necesaria tras la marcha de Ben Allison.
Aditamento preciso a la experiencia -con todo lo que ello conlleva- de Guillermo Rejón, la aptitud -por instruir- de Chase Fieler y en la mejor temporada de Deividas Busma.
