Supongo que no se llegaría a las lágrimas del naúfrago Tom Hanks cuando ve como desaparece en la inmensidad del océano Wilson, la pelota que ha sido su única compañía en la isla, pero si igual de angustioso, desolador, sería el rostro del técnico, jugadores, no digamos aficionados, del COB al observar que el marcador de su enfrentamiento ante Castellón, que le había “acompañado” durante muchos minutos -hasta iniciado el tercer cuarto del partido- le había desamparado.
Parte por sus errores, parte por sus limitaciones, en especial de efectivos. Parecía que Williams había cogido el buen camino, en los dos lados de la pista, y se comprobó, una vez más que Fhrundín Majgafi posee un don ofensivo, pero esto duró lo que su fuerza, firmeza, condicionadas rotaciones le permitió. En definitiva “jodidos pero bien, ¡qué remedio!”.
“No dejo que mi pasado sea lo que defina lo que tengo que hacer hoy”. lo tiene claro Andrea Trinchieri técnico del Bayer Munich Basketball, en respuesta a una pregunta de Gigantes ante una situación y objetivo en la Euroliga muy semejante a la del COB en su competición doméstica. Peleando con equipos que le superan ampliamente en presupuesto y trabajando “para mantenerse unidos e intentar competir en todos los partidos porque nunca hemos estado al completo”.
Quizá por eso lo esencial para el COB es reforzarse, bien por las bajas, sabidas de Seydou Aboubacar, Stojan Gjuroski o el “Irving” -a saber porqué- que se marcó Shaun Willett y la más complicada situación contractual de Jhorna Zamora a la vuelta de la esquina.
Se puede leer en cualquier diario: España necesita fontaneros, carpinteros, electricistas... el COB jugadores.
