Opinión

De “corbata”: en el baloncesto, las cuentas solo cuadran en la previa

Alberto Martín corta la red del aro en la celebración. X.FARIÑAS
photo_camera Alberto Martín corta la red del aro en la celebración. X.FARIÑAS

Los minutos previos al comienzo del partido, las últimas instrucciones, balón al aire, el bote del balón, el “choff” de la red, el olor a zapatillas quemadas, el sonido de la bocina, las miradas al electrónico, movimiento/presteza/rapidez... y esos momentos de su “prime”, como se suele decir ahora, del Pazo, ya definitivo. Así partido tras partido hasta la victoria final. La descripción de una temporada, que tuvo su momento de duda y con un resurgimiento final, pero que muy al final, al que se abrazan ahora eufóricos los seguidores del Club Ourense Baloncesto. 

Lo cierto es que fue un partido entre dos campeones felices. Un COB que justificaba los pronósticos y un Navarra al que no le peso el marcador, le pesó el Pazo y quizá su limitación de efectivos, pero que por la vía del atajo -triple y más triple- se los puso de corbata a rival y grada. Una vez más el baloncesto es un juego un tanto confuso donde las cuentas solo cuadran en la previa: los 8 puntos arriba que se traía el COB de Navarra. 
Por otra parte, no desvelamos nada cuando decimos que, muchas veces, los protagonistas lo son porque de alguna forma quieren serlo. Esto es, tienen algo que mostrar. Tanto Carter como Djukanovic, fueron capaces de mostrar su condición de importantes.

Séptimo ascenso del COB: A Primera, dos a LEB Oro, tres a la ACB, uno más (“en diferido o una simulación”) que no cuenta... y esta última. Ascenso que nos lleva desde junio del pasado año, “arrendando” el club al Grupo Hereda, hasta hoy y viceversa. Ese momento en el que “el Club Ourense Baloncesto que vamos a formar será guapo”, como desea el alborotador multimillonario Elon Musk. 
Ahora bien, como en el juego de la bagatela, uno cuenta la primera parte de una historia y el resto la completa. El pie está marcado, ahora hay que dar los siguientes pasos. Y como Daniel Samoilovich escribe -su literatura tiene mucho que ver con el azar, el juego- “cualquiera puede tener una buena idea, lo dificil es distinguirla de las otras”. Y está claro que lo que sembremos hoy será lo que tengamos mañana. ¡Ojalá que esta victoria no sea el gran truco antes de caer el telón!

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