Opinión

Un equipo de extremos

Es una verdad esencial sobre las cosas bien hechas y lo dijo Francis Ford Coppola: “Si la película funciona, nadie se da cuenta de los errores, si la película no funciona, lo único que la gente nota son errores”. Así le fueron las cosas al COB, un equipo enamorado de los extremos, ante un afiliado “back to back”. Buen partido y extraordinaria victoria ante el Castellón y no tanta fortuna (aguantó bien en la primera parte, no tanto en la segunda) ante un Valladolid superior, en el que el estadounidense Devin Schmidt ha sido su eje total de ataque. Con el devenir de los minutos, el COB dejó de ser ese equipo duro, unido y trabajado en el que muchos suman y que pocos días atrás había completado un buen partido en tierras levantinas.

De un básket, de inicio, académico, de pizarra y alternativas, se pasó, sin que fuera sorpresa, a algo diferente. El técnico ourensano lo había adelantado: “Tenemos que evitar que cojan esas rachas de anotación”. Llegó el mayor acierto ofensivo de los vallisoletanos, que ya en el tercer cuarto rompieron el partido. Compitió el conjunto ourensano, lo que se puede hacer con dos jugadores, Justin Turner, una permanente fuente de desequilibrio por su combinación de velocidad-rango-acierto- y el sempiterno “casi” MVP, Ivica Radic, al que sus estadísticas nunca hacen justicia, penalizado por los tiros libres, pero, lo que no se puede mantener es la porfía durante todos los minutos. Sin fuerza, ni rotaciones para sustentar lo bueno hecho anteriormente, la derrota ourensana cayó por su propio peso. 

El conjunto ourensano terminó por sentir -¿reeditar?- esa sensación de vacío que da le hace verse incapaz de dar su mejor versión en el tramo final ante un equipo especialmente rocoso, lo que su técnico, Paco García, es especialista en manejar. Porque sin ir sobrado de talento, excepción hecha del ya mencionado Smith (quizá también Torres), sabe dominar, hacerse valer, incluso ante el trío arbitral, en su cancha. Vamos que cualquier rival que quiera ganar en el pabellón pucelano de Pisuerga, tiene que cometer muy pocos errores y no fue el caso por parte ourensana en esta ocasión. 

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