Que la Liga va muy de prisa es un lamento muy recurrente de aquellos equipos que ven su horizonte amenazado y su propósito no puede ser otro que ampliarlo tanto como sea posible a espera de una hipotética reacción. Todo lo contrario a los intereses de los “ricos”, deseosos de que esto acabe lo antes posible, ante la amenaza, cada vez mas real, de una clase media quizá sin tanto posibles, pero sí capaces de desplegar el mejor baloncestos de la Liga. Así es la LEB Oro, asimétrica e imprevisible.
El procesos de ascensos y descensos de ACB tiene sus consecuencias. La mítica frase de John Lennon, esa de, “la vida es aquello que pasa mientras estas ocupado haciendo otros planes”, toma total vigencia a tenor de los últimos resultados. Cualquiera, hasta no hace mucho, apostaría de pleno por Coruña, Estudiantes y San Pablo Burgos, pero la continuidad, mejor guion de Tizona, Gipuzkoa, Lleida y hasta Alicante, puede resquebrajar pronósticos y presunciones asentadas en la economía, no tanto en la regularidad.
Ajeno a esa disparidad de situaciones se mueve un COB al que solo las matemáticas, última oportunidad a la que se amarran los perdedores, le impiden oficializar la permanencia. Circunstancialmente, y de errar en el pronóstico que siempre sea hacia arriba, puede ir más allá de lo presupuestado manteniéndose en la disputa por el último puesto libre de play off. Objetivo que tras el viaje a Valladolid, donde las cosas parecieron posibles durante buena parte de partido, aunque el poderío físico de los pucelanos terminó por imponerse al liderazgo anotador de Justin Turner, tiene un obstáculo inmediato en la visita de un clásico del baloncesto español: ¿Quien no fue de Estudiantes de los Pinone, Azofra, Jiménez, Wislow, Reyes ... o Thompson? De retorno a su viejo Magariños y de la mano del “One”, Pedro Ribero, el conjunto estudiantil lucha por restaurar su brillante pasado. Plantel tiene con los Witering, Lemanis, Larsen, Frazier, el excob Sergio Rodriguez o ¿Carrera?, pero los resultados no llegan en lo que sería deseable. El Pazo y el COB tampoco están por la labor de facilitarle las cosas. ¡Un partido para no perderse!
