Hay jugadores que te conquistan por su calidad. Sus movimientos son atrayentes. Tal es el caso de Fran Guerra. Quizá Flis. Como otros te pueden seducir por su esfuerzo. Condición que siempre resulta enternecedora. Lo que puede ser Hittle, Jukic o Wright.
Los hay ajenos a un término medio. Capaces de lo mejor y lo peor. Irritantes como rivales, pero siempre recordados. Así es Marcos Suka-Umu en su ponderación entre el 'underground' y la destreza. Siempre protagonista. Y los hay ajenos a cualquier referencia. Capaces de aunar algo de todo. Apoyo y líder a la vez. Esenciales siempre. Lo que es el 'one' Pedro Rivero.
No pude seguir con el interés que quisiera el enfrentamiento entre Melilla y COB. La despedida de un buen amigo, hasta esa fecha también jefe, como es José Angel Álvarez Varela, ¡suerte en tu nueva andadura!, junto con el encanto del Casal de Armán, los compañeros y no digamos el menú bien lo justifican. Las valoraciones me llevan a pensar en ese COB aplicado, como siempre, pero sin un liderazgo fiable en los momentos decisivos. Lo que sí tuvo Melilla. Como la jornada anterior Guipuzkoa. La dispersión de unos, lo que se traduce en pérdidas de balón, y la poquedad de carácter de otros, a la hora de cerrar el rebote, esto los rivales del COB "lo saben" -que diría un "ourensano" muy popular- y por ahí fuerzan su estrategia, fueron argumentos determinantes en la derrota del conjunto ourensano.
La clasificación se ajusta al máximo y la disputa por un puesto de play off se hace más costosa. Exige mayor carácter y determinación. La visita al Pazo del Coruña no es para relajarse precisamente.
