Opinión

Con la iglesia hemos topado

Cuando alguien se interpone entre una persona y sus deseos: “Con la iglesia hemos topado”. En este caso fue el Palencia, un club con buen tino para elegir sus jugadores, mejor entrenador y capaz de organizarse muy bien. Se interpuso a los deseos de un COB al que se le hizo muy difícil competir, aunque no por ello dejó de intentarlo, consciente de que su vértigo era proporcional a la gesta que supondría celebrar la permanencia superando a un rival más lindante con la ACB que la propia LEB Oro.

Un COB con las bajas de su baluarte ofensivo, Manjgafic y  Paciukevicius y su personal “umbral del dolor”, lo que dejaba el equipo en manos del joven Cera, de los mejores de su equipo, y el deseo de un posible resurgimiento de Williams, que sí se produjo. A Felix Alonso  correspondió trazar un plan para esquivar los golpes: una defensa en zona y un espíritu competitivo, cierto que más ofensivo que defensivo, a punto estuvo de firmar un logro que parecía imposible. Bien es cierto que en el momento que el COB igualó el esfuerzo, las individualidades decidieron. Nuestros “dieses” para el conjunto ourensano.

Con respecto a la porfía inquisitoria arbitral sobre Kurt Kuath, nada distinto a lo de ocasiones anteriores. A fe que resulta cansino. 

Teniendo enfrente a uno, sino el que más, de los equipos más consistente de la Liga, como es el Palencia, es indudable que tiene valor la imagen mostrada por el COB, pero no le queda más que resetear y pensar que lo realmente definitivo está en el enfrentamiento ante Oviedo en el Pazo.

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