Opinión

Libreta en piel vegetal

No hace falta decir que escribir ordena el pensamiento. Que el cerebro, cuando termina en un bolígrafo, se compromete mejor con las ideas propias. Y que al escribirlas a mano, esas mismas ideas se vuelven más claras, más fuertes, como si al trazarse en el papel viajasen más ligeras que desde la yema del dedo hasta el procesador de textos. Escribir a mano exige coordinación y presencia y termina siendo un ejercicio completo de esta cosa de estar vivo. Procuro habitar estos asuntos cuando tomo notas, aunque mi letra se tense y cueste después auto-descifrarse. Intento escribir a mano lo importante. Y escribirlo en una libreta de piel vegetal, esta de la foto.

Esta libreta es lo que en los círculos de la moda llaman un statement piece, un elemento singular, un accesorio que tiene toda una categoría existencial y habla de su dueño antes de que él abra la boca. Es una libreta que te representa silenciosamente allí donde la dejes. Encima de la mesa, dormida en tu bolsillo, sujeta en tu mano. Es un objeto con dignidad vicaria. La hizo mi amiga artesana Melina de Oficio Studio. Para eso eligió piel excelente que habían remojado durante semanas con los taninos extraídos de la corteza del roble. Su carcasa de piel se cierra con una goma y lleva sujeto un bloc de papel sin cloro de Moleskine. También permite amarrar una estilográfica para tomar notas de campo.

La piel de esta libreta tiene memoria. En ella se distinguen las pecas, venas y rasguños de la vaca que fue su dueña. Envejece excelente, mostrando todas sus imperfecciones y cicatrices, aunque de vez en cuando le doy un masaje con crema hidratante. En una de las esquinas lleva grabada la “U” de Ulloa, mi apellido materno, que Melina estampó con un martillo para hacerla todavía más única. Llevo esta libretita siempre conmigo, dispuesta para atrapar una frase, un pensamiento, un bosquejo de algo que quizá florecerá en algo mejor. Es un vivero de pensamientos. Un contenedor de propósitos. Una memoria portátil. Ella seguirá aquí para que, quien venga después (siempre hay alguien que viene después), tome notas y apuntes entre páginas nuevas. Una libreta para todas las vidas.

Te puede interesar