Opinión

Circular de Sotillo de Sanabria-Laguna-Cascada

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Aprovechando la explosión primaveral, que luego de abundantes lluvias ha propiciado por los altos sanabreses un colorido que no tiene igual, con esos amarillos de la genista,el carqueixo, los morados y blancos del brezo, las floridos carpazos  formando un masaico que es un regalo para la vista del que hay que gozar en una excursión montañero, que por lo que ofrece debe ser caminada con paradas para admirarse de tanta belleza natural en la que se alternan lagunas, cascadas, y algún nevero si vais ahora mismo. Este año tenemos el privilegio de laderas cubiertas a modo de retales de blanco níveo.


El camino


Caminos carreteros, empedrados a veces. Erosionados no pocas veces, senderos en su mayoría imperceptibles por lo que se debe prestar atención para no despistarse en una montaña que en su parte roma se muestra toda igual.

El parque natural del Lago de Sanabria ha señalizado la ruta con postes atornillados a la roca, con un color para cada ruta. No obstante, no hay que despistarse y hay que tener claro los enlaces de Laguna de Carros, Laguna de Sotillo, Cascada de Sotillo.


Descripción de la ruta


Saliendo desde la iglesia hacia arriba, hasta la laguna de Carros en el km.4, pista de tierra al principio. En ligero ascenso hasta que luego continua en una zona más llana, pasado el mirador sobre Sotillo, entre retamas o xestas de flor blanca, que amenazan con cerrar el camino llegamos al poco al mirador sobre la aldea; conecta esta vía sobre el km. 3 con 

Entre retamas y brezos, la laguna de Carros al fondo. Otra que viene de Galende, capital municipal del valle, tomaremos a izquierda y en menos de diez minutos en el lagunallo de Carros. Desde aquí atentos a la señalización, al final de la laguna tomaremos a izquierda subiendo ligeramente. Para en la planicie disfrutar de un colorido en medio de los herbazales. Desde aquí hay que superar una dura rampa, último obstáculo antes de acceder a la vista de la laguna de Sotillo, a la que bajaremos tomando sendero por su flanco izquierdo entre brezos y fresnos arribando al murete de aumento del nivel lacunar. 

El sorprendente panorama multicolor del macizo en esta estación   continúa muy visible en gran parte por las yerbas, los brezos, para adentrarse en un fresnadal, y un  puente de abedules nos facilita el paso  a la ribera opuesta entre algunas ramas de abedul que serán la dominante de todo el sendero hasta Sotillo, los avellanos y sus parientes las hayas con bosques realmente hermosos, cuando nos desviamos para bajar precipitadamente a la cascada, retomar el camino y el enlace para finalizar en Sotillo en permanente bajada. 


Incidencias del recorrido


Salimos de Sotillo. Al abandonar su urbano casco en una huertecilla una señora enlutada en un fresal nos ofrece al paso algunos puñados de fresas, cuando continuamos con cierto resuello por amplio camino donde las retamas blancas se alternan menos con las amarillas. Día grisáceo que no presagiaba lluvia cuando el cómodo llevar nos dejaría a poco más de una hora en la laguna de Carros, que es cuando detención en las riberas de este somero 

Puente de abedules sobre el regato de la cascada, encontramos el completo costillar de un caballo y a unos metros otra sección del mismo devorado por los lobos, completado por los buitres ya que alguna pluma delataba que habían completado la labor de limpieza de un costillar donde hoy gusanos, cuando los córvidos se veía que habían completado el festín. Entre el croar de las ranas  alguna observa a una pequeña serpiente que se esconde entre el bajo herbazal y hace que no se pueda identificar.

Cuando ya afrontábamos dirección laguna de Sotillo, como distante a una legua, nos alertarían los parlamentos de media docena de lo que montañeros parecían y eran, venidos desde Ribadelago  nuevo, que en tiempos se decía de Franco, a 300 m. en desnivel. Llegados a nosotros en la misma dirección pues trabada conversación se veía que muchos líderes aunque pocos caminantes, cada uno era como director en potencia o acto, uno quería ir a la laguna, otra decía que muchas décadas pisando aquellas tierras, otras dos provistas de toda la electrónica de GPS. Aquello sino la torre de babel, pues al ofrecerme para ir todos juntos, optarían por continuar sendero arriba, mas pronto los hallamos de reposición de fuerzas asentados a la vera entre el amarillentos retamal. Nunca más los veríamos, porque acaso desistieron. Mas arriba, sorprendente vista del lago de Sanabria, y ya en el llano caminando entre brezales y unos cuantos pasos entre el herbazal de humedades por las escorrentías, cuando en la ladera de fuerte subida para arribar a la laguna de Sotillo, una fuente fiable porque el ganado aun empieza a subir ahora, y la más hermosa vista del tapiz serrano que hizo que por unos minutos de parada para extasiarnos por tanta belleza. Superada la cima, el lago de Sotillo todavía se hurta a nuestra vista hasta casi en su ladera oriental. Y al poco, allí  la laguna con una pared  de contención para aumentar su caudal.

Un paseo del enlace de la laguna con la cascada, aunque haya de afrontarse entre senderos de abedulares y hayedos, con paso de muy bello puente, cuando debemos caminar con precauciones antes de la arribada a la cascada abundante de los días de pasadas lluvias. Siempre se encuentra uno por allá con otros caminantes, la mayoría venidos del pueblo de Sotillo, a tres kilómetros o cuatro más abajo, porque en el trayecto  circular es difícil encontrarse a montañeros.

Cerramos la marcha placentera un tanto molidos por contención en la bajada que nos resiente al subir los suaves 1.000 metros, hasta el lugar de autos (coches).

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