Opinión

Como si bebe vino

Otegi lleva en huelga de hambre desde el lunes, siguiendo al parecer las instrucciones que la banda terrorista ETA ha dado a sus sicarios presos en protesta por la negativa del Gobierno a reagruparles en las cárceles vascas. O sin al parecer. La coincidencia accidental entre ambas huelgas, la de aquel ‘hombre de paz’ que dijo Zapatero y la ordenada por la banda, yo creo que hay que descartarla de entrada. La frase más repetida de la película ‘El Padrino’, ‘que parezca un accidente’, refleja a la perfección el método de trabajo de las mafias, no es la casualidad lo que dicta sus actos sino la causalidad. Aunque en ocasiones interese al negocio que un crimen ‘parezca un accidente’... siempre hay alguien que corta el cable de los frenos. Y ETA es una mafia. Con ETA, ingenuos, lo justo.


ETA es una mafia y el portavoz de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, un miembro distinguido de este oprobioso club, tal como sentenció el Tribunal Supremo al concluir que Batasuna y todas sus advocaciones, la mal autodenominada izquierda abertzale, no es que colabore con ETA sino que es ETA; o sea, no cómplices del terrorismo sino terroristas. Ayer mismo tuvimos otra prueba del algodón de que bien ilegalizada está, y Otegi otra oportunidad perdida de salirse de la infame fila etarra. Otegi aprovechó las preguntas de su abogada, Jone Goiricelaia, para enhebrar la consabida proclama en defensa de ‘una solución pacífica para el conflicto vasco’ que suelen hacer los etarras, al final de la cual, a la pregunta directa de la presidenta del Tribunal, la valiente juez Angela Murillo, de si condenaba la violencia del ETA, simplemente no contestó. ‘No voy a contestar a esa pregunta’, dijo. Lo mismito, lo mismito que cualquier etarra, aunque eso sí, sin insultar ni amenazar a la jueza ni emprenderla a cabezazos o a patadas contra la pared como algunos de ellos.


La gente de ETA es de lo más disciplinada porque es sabido que si le chistas la banda te condena a ti y a tu familia al ostracismo, o te matan. No condenar la violencia es lo coherente en un etarra, y eso es lo que hizo Otegi. Dio un paso más, eso es todo, en dirección contraria a su sueño: ser algún día el émulo en el post terrorismo etarra del líder del post terrorismo del IRA, Gerry Adams. Es su elección, las víctimas de ETA no han podido elegir, él sí. Así que, parafraseando lo que le respondió la juez Murillo a la abogada de Otegi cuando en un receso le preguntó si podía darle de beber un poco de agua porque estaba en huelga de hambre desde el lunes: ‘Por mí -le espetó Murillo- como si bebe vino’.


Te puede interesar