Opinión

Mi reino por una foto

Durante ‘la hora del Planeta’, el consumo de energía mundial ha registrado un descenso de tan solo el 1 por ciento, pero hay que reconocer que el apagón de edificios emblemáticos nos ha quedado de lo más fotogénico, moderno y chic. Me recuerda a la iniciativa del ministro Sebastián de quitar la mitad de las bombillas de su ministerio para ahorrar energía, lo primero, poca capacidad de convicción respecto a sus propios funcionarios se reconoce a sí mismo el ministro, poquita autoridad; y segundo y principal, qué poquito debe fiarse de que, cuando el no esté, vuelvan a prender la luz si se limita a ordenar que se enciendan sólo la mitad de las bombillas como para ordenar ‘desenroscarlas’, como si fueran niños en vez de adultos. Que, dicho con acritud, es como acostumbra a tratarnos este Gobierno.


La obsesión por las fotos de Zapatero llega a tal extremo que, aunque odia viajar y pasar el ‘finde’ lejos de la familia (en lo que personalmente yo le alabo el gusto), acaba de hacerse 22.000 kilómetros en 30 horas de vuelo de ida y vuelta relámpago Madrid-Chile, para hacerse una foto con el segundo de Obama, Biden, en la cumbre de líderes progresistas que ha convocado la presidenta chilena para buscar respuestas a la crisis, eso sí, ‘progresistas’. ¡Ay las etiquetas! Si las respuestas resultasen ser ‘conservadoras’, ¿las desecharían solo por eso?.


Pero, a lo que vamos. Hacerse perdonar la ‘espantᒠunilateral que hemos dado en Kosovo era el objetivo: la salida que anunció por duplicado y por partida doble el Día del Padre la ministra Chacón, primero para las teles, que no era cosa de perderse los telediarios de mediodía por un retraso del vuelo, y después para las tropas. Biden se ha mostrado más que deferente con Zapatero y ha dado el incidente kosovar por cerrado, sonrisas ‘profinden’, foto y reunión larga, y cita a solas con Obama en Praga el 5-A. Ya no volvemos a casa antes del verano tras dar por terminada unilateralmente nuestra misión sino de manera ‘flexible, coordinada y escalonada’. O sea, lo normal cuando uno forma parte de una fuerza internacional. Objetivo conseguido. De lo cual hay que alegrarse, en mi opinión, porque lo que nos faltaba con la que está cayendo es otra legislatura sin ‘hablarnos’ con la administración del país más poderoso del mundo como nos ocurrió con Bush por lo de la bandera. Pero, ¿que necesidad hay, presidente, de ponernos -y ponerse- todo el rato en ridículo?

Te puede interesar