Opinión

La sonrisa de Zapatero

  

 Zapatero sonríe en su vídeo como el anunciante de refresco que  quiere convencer al consumidor, a base de poner una cara amable, de  la bondad de su producto.

 

 Pero una vez que terminó de grabar su  último spot hace unos días para ese vídeo todo con ZZ que tanto furor  ha causado en los programas de televisión, al presidente del Gobierno  se le debió de helar la sonrisa. Y congelada la debe de tener ahora  que ya no le ve nadie la mayor parte de los días.

 

     Habría que conocer lo que el valenciano Plá piensa de la sonrisa  de Zapatero, apuñalado como ha sido la semana pasada porque no quería  dejar su puesto en uno de los actos más cínicos de la peor política  barriobajera que hemos conocido los españoles desde hace años.

 

 Porque, si Plá no pagaba los ochenta mil euros que había costado la  reforma de su hogar a un constructor, lo que quienes conocían el  entresijo tendrían que haber presentado una denuncia contra él en los  juzgados, no filtrar el asunto a periódicos amigos para que el líder  socialista de Valencia 'comprendiera' la necesidad de dejar vacío el  puesto. Lo ocurrido es más propio de la mafia que de un partido  democrático.

 

     El caso de Maragall y sus declaraciones anunciando que deja de  militar en el PSC se veía venir, pero no por eso tiene que dejar de  resultar doloroso para Zapatero que quien fuera presidente de la  Generalitat le recuerde en público que sin él no habría nunca llegado  a hacerse con las riendas del PSOE. Junto a Alfonso Guerra, rememora  Maragall. Curioso resulta que los dos veteranos de la política  española que, efectivamente, auparon al poder al hoy presidente del  Gobierno estén absolutamente desencantados de este capítulo de sus  respectivos pasados. ¿Sonríe Zapatero para dejar constancia de que ha  conseguido engañar a compañeros tan destacados?    

 A cinco meses de las elecciones generales, el presidente del  Gobierno anda sorteando como puede una tras otra crisis interna de su  partido y navegando entre las trampas que le quieren tender todos  aquellos a los que fue engañando en los últimos cuatro años. ETA,  Ibarretxe, los de CiU, muchos de los suyos quieren hacerle pagar  ahora sus promesas incumplidas. Pero Zapatero, impávido, se refugia  en el hecho de que resulta mas fotogénico que Rajoy delante de una  cámara de vídeo para hacerse creer él mismo de que va a ganar. Por  eso, quizás, sonríe.

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