Opinión

El clásico

En otro tiempo, el 'clásico' gallego no bajaba del Norte. Hasta el ascenso del COB a la ACB en 1989 y su consideración como otro igual, era una mera cuestión entre el entonces Clesa Ferrol y el Breogán. Aldrey, Aller, Lavodrama, Abalde -padre del jugador del Joventut- por los primeros; Manel Sánchez, Cabezudo, Claude Riley... entre los segundos. Nombres de jugadores inolvidables en ambas ciudades.
La desaparición del OAR Ferrol, uno de los clubes fundadores de la ACB con dilatada experiencia en competiciones europeas, permitió al COB cubrir su hueco, llegando a ser el mejor gallego en la memorable etapa de los 'Jackson Five'. La rivalidad con el Breogán se intensificó al máximo desde la primera etapa ACB, con varias eliminatorias de play off o la permanencia incluidas. Unos partidos donde la pasión se convirtió por momentos en saña entre partidarios de uno u otro bando.
Así era el baloncesto gallego hasta la sorprendente readmisión del Obradoiro. Su vertiginoso ascenso y coronación, vía orden judicial, no alteró la rivalidad Ourense-Lugo, ya que el equipo compostelano luce entre el espectro de estrellas, mientras los clásicos del interior -lo que algunos denominan la Galicia profunda- permanecen, o sobreviven, en la terrenal LEB Oro.
No importa el lugar ni el estado de cada equipo. No importa que el COB parezca superior por plantilla y juego, aunque esta temporada se le atragante el Paco Paz. Podría no ser un buen, incluso ser un mal partido de baloncesto. Lo único importante en este tipo de partidos son dos cosas: el ambiente en la grada, que promete ser intenso; y el resultado, que sólo entusiasmará a un lado. Y lo mantendrá contento, quizá, hasta la próxima temporada. O quizá hasta dentro de unos meses.

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