Opinión

Más cerca que nunca

El mal comienzo de la selección masculina de baloncesto en el torneo olímpico propició una final anticipada en el cruce contra los potentes Estados Unidos. Otrora incontestable, el gigante NBA presentó un equipo de gran nivel físico, pero inferior en calidad y experiencia a los de Pekín o Londres, como se comprobó en la fase previa. Pensar en una victoria española, combinando un partido inspirado con un mal día del rival, no era en ab- soluto descabellado.

No fue así. Estados Unidos no hizo grandes esfuerzos, incluso pareció respetuosa, pero a España le faltó la chispa y el genio demostrado contra Francia, el acierto en el tiro y el cie- rre de rebote para no regalar segundas opciones, la ilusión de la selección femenina.

Derrota honrosa por apenas seis puntos, pero sin sensación de poder hacer más. Las de Pekín y Londres dejaron mejor recuerdo y una legión de admiradores. Pau Gasol confirmó al final una impresión general: “Perdimos una oportunidad única”.

Esta derrota no empaña la prodigiosa carrera deportiva de los responsables del auge del baloncesto nacional, la mejor generación concebida hasta el momento: Pau Gasol, Navarro, Calderón, Felipe Reyes. Ellos siguieron los senderos abiertos por la generación de los Epi y Fernando Martín, yendo un paso más allá. Dejan buenos herederos, pero todo será un poco más difícil sin ellos. Gracias por unos años maravillosos y a por el bronce.

Europa y creo que también Estados Unidos, respiran aliviados a partir de ahora. En el viejo continente no existía país con un defensor capaz de parar a Pau. Al otro lado del Atlántico sabían que una selección de clase media NBA tampoco servía contra los imprevisibles españoles. Sin Kobe Bryant, Tim Duncan, Dwyane Wade, Lebron James o Kevin Durant, lo mejor de lo mejor, es posible que nuestro país hubiese sido campeón olímpico. Es todo un honor. 

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