Opinión

Gobernados por la extorsión y la venganza

El pasado miércoles, el Gobierno de Pedro Sánchez se sometía por primera vez al Congreso en una sesión en la que se presentaban para su convalidación tres decretos. El primero, de medidas urgentes en materia de Justicia, condicionaba el desbloqueo de una partida de diez mil millones de euros de fondos europeos. Un segundo decreto regulaba la reforma del subsidio por desempleo, y el tercero, conocido como decreto del escudo social, permitía prorrogar, entre otras, las reducciones de IVA en alimentos y electricidad y los bonos de transporte. Un Gobierno mínimamente coherente tendría pactada la convalidación de sus decretos antes de aprobarlos en Consejo de Ministros y así evitar situaciones tan patéticas como las que vivieron sus ministros negociando a la desesperada hasta el último minuto. Pero Pedro Sánchez gobierna en un estado de huida hacia adelante permanente, ajeno a todo lo que no sea su propio interés. Lo demostró ya en la investidura, en la que aceptó lo inaceptable, como fue convertir en socio preferente a un prófugo de la Justicia que no ha parado desde entonces de humillar al presidente, al Gobierno y a todos los españoles. Y lo ha vuelto a demostrar esta misma semana.

El triunfo de la extorsión gracias a la cual Carles Puigdemont maneja a su antojo el Gobierno de España

Lo que Pedro Sánchez ha defendido como un nuevo triunfo de la mayoría social es en realidad el triunfo de la extorsión gracias a la cual Carles Puigdemont maneja a su antojo el Gobierno de España. Esta votación ha servido para demostrar que el fugado de Waterloo puede pedir todo lo que quiera, incluso las ocurrencias más disparatadas, que le serán concedidas, sin que sus siete satélites en el Parlamento tengan ni siquiera que votar a favor. Entre otros logros arrancados a Sánchez, Junts ha conseguido que el presidente le garantice a Puigdemont la transferencia de las competencias en materia de inmigración a la Generalitat, para ejercer un estricto control sobre quiénes entran en Cataluña y en qué condiciones. Independientemente de la dudosa legalidad de tal oferta, pues la política migratoria y las fronteras son competencias constitucionalmente asignadas al Gobierno de la Nación, esta petición delata el carácter xenófobo, racista y poco solidario de ese partido que además de independentista muestra su naturaleza más ultraderechista y con ella ha afeado a la propia Generalitat que, gobernada por otro socio de Sánchez (ERC), se ha mostrado contrariada por la supuesta concesión realizada desde Moncloa a alguien que no tiene voz ni voto en el Gobierno catalán. Supuesta porque la realidad terminará demostrando que tal acción no se va a poder consumar.

Los diputados de Podemos, que escenificaron así su ajuste de cuentas contra Yolanda Díaz

Tampoco sonó a triunfo de la mayoría social el decaimiento del decreto del subsidio de desempleo, gracias a los votos en contra de los diputados de Podemos, que escenificaron así su ajuste de cuentas contra Yolanda Díaz. El furor de la venganza pudo más en los cinco parlamentarios que las consecuencias que su negativa supondría para los parados.

Por muy alto que sea el coste, no recaerá sobre él, sino sobre nosotros

A pesar de estos nuevos episodios, a caballo entre la tragedia y el esperpento, el presidente ha conseguido sobrevivir un día más. Pero a cada votación que se someta tendrá que pagar un precio más alto para sacar adelante otros decretos, los Presupuestos del Estado o una ley. Como siempre, por muy alto que sea el coste, no recaerá sobre él, sino sobre nosotros. Las desigualdades territoriales ya se empiezan a hacer visibles y, lo que es más grave, que una y otra vez se impongan los deseos de una minoría que desprecia el estado de derecho y la Constitución frente a los de la mayoría, hace que cada día Sánchez debilite más su imagen como presidente de todos los españoles y también la del partido que lo ha llevado a la Moncloa.

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