Opinión

Honores para el padre del automovilismo gallego

El Concello de Ourense debatió en el pleno de hoy el expediente de honor a favor de Estanislao Reverter Sequeiros. Y el único reproche que se puede hacer es que el reconocimiento de la Corporación municipal no haya llegado antes. Abundan los motivos. Es el padre del automovilismo de esta tierra, creador de la Escudería Orense, cuna de excelentes pilotos; fundador del ya mítico Rally de Ourense; innovador audaz y exitoso empresario de la automoción; diputado en Cortes en 1977; redactor de la Constitución, participó también en la elaboración del anteproyecto del Estatuto de Autonomía de Galicia. Pisó siempre el acelerador a fondo y fue generoso con rivales y discípulos, hasta que su corazón se paró repentinamente a los 61 años en 1991. 

'Lalao', como le llamaban familiares y amigos, para muchos 'El Doctor', por su magisterio, siempre fue por delante en la carrera de la vida, una carrera en la que son inevitables las sombras pero en su caso quedan eclipsadas por las luces. Como piloto consiguió 54 victorias absolutas en pruebas de diferentes especialidades, compitió en doce ocasiones en el Rally de Montecarlo y se impuso dos veces en el Rally España-RACE. Pero también abrió el camino de las pruebas internacionales al automovilismo español. Los colores de la bandera gallega decoraron sus coches por los trazados de Portugal, Francia, Mónaco, Alemania, Polonia e Italia desde los primeros años 60. En 1965 fue premiado con la Medalla al Mérito Deportivo por ayudar a los contrincantes que pasaban problemas en competición. También recibió a título póstumo la Distinción al Merito Deportivo de Galicia 

Estanislao Reverter se pasó toda su carrera echando una mano. Sentó al volante de su escudería a prometedores talentos como Manuel Sanjurjo, José Pavón, Beny Fernández, Pío Alonso, Pablo de Sousa, Peitos... Se ajustaba al ideal de hombre del Renacimiento. Participó en el desarrollo de todos los coches con los que compitió y fabricó el inolvidable Alpinche, con el que ganó ganó dos ediciones del Rally Rías Baixas (1972 y 1973), el Criterium Luis de Baviera o el Rally Ciudad de Oviedo, actual Príncipe de Asturias, como nos recuerda la página web de su fundación. Fue además, presidente de la Federación Gallega de Automovilismo, vicepresidente de la Federación Española, vocal de la Federación Internacional y ourensano universal. 

No por ser sus méritos conocidos hay que tacañear en los reconocimientos. La escultura de Reverter y Coleman sentados en el capó de su Alpinche delante de la Subdelegación del Gobierno es ya un punto de interés para el que visita la capital. La obra realizada por Ramón Conde en 2006, impulsada por el entonces alcalde Manuel Cabezas, rinde un merecido tributo a un personaje singular e indispensable dinamizador de la provincia. El impacto económico neto en la provincia del 43º Rally de Ourense superó el millón de euros en 2010, según un estudio elaborado por SETrg, un grupo de investigación de la Universidad de Vigo, y cada edición continúan mejorándose las cifras y la calidad de la prueba. No es arriesgado afirmar que estos beneficios, directos e indirectos, son mucho mayores.El sector hostelero puede dar buena fe de ello, por no hablar del valor incalculable que tendría una promoción turística de Ourense como la que realiza el Rally de Ourense, incluso cuando la estancia de los participantes en la provincia se ha acortado respecto a las dos semanas que ocupaba en su momento. El museo inaugurado en la estación de ferrocarril de Santa Cruz de Arrabaldo en 2014 gracias a un convenio entre la Diputación, el Inorde y la Fundación Estanislao Reverter permite repasar su trayectoria y apreciar su gran legado. Es el momento de que el Concello de Ourense rinda honores a uno de sus mejores hijos que supo ser un gran padre para todos, un pionero y un empresario capaz de sobreponerse a las dificultades, repartir riqueza y dejarnos en herencia una renta que sigue generando beneficios. El caso de Reverter es el mismo de otros muchos ourensanos, cada uno en su medida, con los que Ourense continúa en deuda. Y de bien nacidos es ser agradecido.

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