Opinión

Mr. Trump... el villano favorito

Las cosas nunca son lo que son sino lo que parecen ser… Sin duda, la comunicación es, desde mi punto de vista, el arma más poderosa que tenemos para solucionar problemas o incluso para crearlos, para enaltecer nuestras virtudes o propagar nuestros defectos, la comunicación genera percepción y muchas veces puede ser cruel porque por desgracia o por fortuna, nuestra identidad se rige por lo que los demás piensan de nosotros y no por lo que nosotros creemos que somos. 

En recientes fechas, se colapsó el mundo entero al recibir la noticia de que el presidente de la nación más poderosa del mundo sería Mr. Trump. Sin duda, estamos hablando del villano de moda en el mundo, un personaje que se mueve en el vacío, que jamás pierde la oportunidad para incrustarse en la mente pública y que por lo mismo no se puede desestimar. Toca temas de importancia y con su habilidades performáticas los lleva a niveles a los cuales los otros candidatos no se atrevieron a llegar y que los actuales políticos jamás pensarían repetir. Es un maestro de las medias verdades. Utilizando recursos propios de las raíces de la propaganda, crea problemas y propone soluciones entre frases lapidarias y exabruptos, pero sin ir al detalle. 

Utilizando como base de su discurso a los inmigrantes ilegales a partir de generalizaciones falsas (como que todos son unos delincuentes) y llevando el tema a extremos que solo satisfacen los instintos más reprimidos de un electorado que estuvo en silencio por ocho años. Insulta a sus oponentes atacando sus atributos físicos y de paso cuestiona el establishment de lo políticamente correcto. Es certero, casi todo el mundo está harto de la corrección forzada, que lleva a los políticos a expresarse en términos vagos y en aburridos clichés. 

Un ejemplo es el votante americano que está cansado de discursos huecos y de una creciente desigualdad social. De guerras que no han resuelto nada y de banqueros y ejecutivos que estafan a sus clientes y escapan con una pequeña amonestación, en un país en el cual la renovación es la palabra que más transita las calles. 

Mr. Trump ha utilizado la técnica propagandística del antagonismo hacia los mexicanos como bandera inicial de su presidencia, buscando con esto ganar adeptos de la opinión popular. Su apuesta es que todos aquellos norteamericanos que piensan que no solamente los mexicanos, sino los latinos e inmigrantes en general están llevando a su América a la perdición, se sumen a su política y finalmente se pueda consolidar su proyecto. 

Sin duda, la elección de Mr. Trump como presidente promete un futuro financiero turbulento para México, que depende del sustento económico de Estados Unidos, tanto en términos de comercio como por las remesas pero incluso en términos de imagen ya que México observó la campaña con una mezcla de temor y confusión, forzado a atestiguar una cruda corriente de veneno estadounidense desatado por la candidatura de Trump. Ahora, esta decisión del pueblo Norteamericano se percibe como uno de los días difíciles que vendrán para México, su economía, la emigración e incluso una crisis existencial ya que algunos mexicanos recordaron la mala imagen que tenían en EU. 

Pero no todo es tan trágico, hoy el mundo adopta a México bajo la percepción del ofendido y en contra de los valores que emergen desde la comunicación Trumpista como el racismo. Es aquí donde se ponen a prueba los dotes propagandísticos del show de Trump ya que como presidente de Estados Unidos, tiene muchos públicos a los cuales cautivar y no todos están dentro de su territorio.

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