Les pido perdón por bautizar estas líneas con un titular tan tosco. Todo sea para estar de acuerdo con un individuo rechonchete y singular, de verbo exquisito, palabra poética y mollera alicatada hasta el techo. Sólo la media cultural de nuestra grey política ha hecho posible que llegue a ser el presidente de la FEMP -Federación Española de Municipios y Provincias- me refiero al a-lustrador alcalde de Getafe llamado Pedro Castro, alias Castrín, quien despertaba mis simpatías y quien las ha perdido de repente, por arte de magia, más que por este arte por la eclosión de sus vientos o eructos intelectuales.
Nuevamente y como en los dramáticos años treinta ha comenzado el enfrentamiento innecesario y estúpido entre españoles. Personajillos como Castrín, no calificado así por su estatura física y sí por su cualificada prosa, resultan nefastos para representar a los habitantes de un pueblo que, como en este caso el de Getafe, es laborioso y respetable. En un subidón intelectual, Castrín ha dicho: ¿Por qué todavía hay tanto tonto de los cojones que todavía vota a la derecha?. Si algún tonto de los cojones le contestara a Castrín: porque prefiero a los que roban menos, sería una chorrada de cojones, una impertinencia y podríamos calificar tal afirmación de memez, en definitiva sería una Castroñada, una impertinencia, cosas del tal Castrín. A un compañero de TVE apellidado Castro le cantábamos en coña: Se cayó Castrín/ se cayo de risa/ y al caer Castrín/ casi se la pisa.
¡Madre mía que nivel! Me imagino al señor Touriño, con unas elecciones próximas, teniendo que conocer primorosos mensajes como el de don Pedro Castro. Estará como una pantera o, ¿es que piensa él igual? Resumiendo, el señor Castro, escaso de cojones para mantener sus eructos, ha pedido disculpas. Yo con mi máximo afecto le exonero, que en cualquier momento y en un sentido de actuación política, todos podemos llegar a ser un tonto de los huevos. ¡Bueenas!
