Opinión

Dinero rojo ¿por qué no?

No se asusten, no voy a reclamar el que llamaron oro de Moscú, ni voy a adjetivar las inversiones de Zapatero. He leído un simpático e interesante libro de Leopoldo Abadía, y después de disfrutar me he puesto a seguir uno de sus consejos: discurrir. Lean la posible locura que se me ha ocurrido.


El dinero negro que se supone oculto en los paraísos fiscales representa un montante suficiente para solventar la escasez del efectivo necesario para facilitar la financiación de las economías occidentales; es además un dinero que no ha devengado, por lo general, impuestos en sus países de origen, es una propiedad que no está cumpliendo la función social por la que se puede justificar la propiedad privada. Si los gobiernos de USA, UK y UE, Rusia, Japón, Brasil, India, China y Arabia Saudita, se ponen de acuerdo y cambian el color de sus billetes obligando a canjear la, desde ese momento moneda no legal, por la moneda nueva (a la que podríamos llamar para felicidad de Zapatero y sus muchos seguidores ‘la roja’, como a la selección española de futbol), el problema estaba resuelto. Nadie perdería nada, los depósitos en moneda verde serían canjeados automáticamente hasta un valor equivalente a los cien mil euros, y tomo esta cantidad por referencia a la que se garantiza en España para depósitos en cuenta corriente. Para el cambio de cantidades superiores los bancos depositarios tendrían que presentar una documentación que garantizara la titularidad de los propietarios de los billetes a canjear.


Durante siglos, los paraísos fiscales han estado ‘fornicando’ a las economías de medio mundo, ya es hora de que, cual amantes apasionados, cambiemos la postura y pasemos a cubrir educadamente pero con energía coital a quienes se han reído del mundo con una legislación incompatible con la equidad, la justicia social y la decencia. Para la eficacia de la medida el canje de ‘verdes’ por ‘rojos’ debe hacerse a treinta, sesenta o noventa. A partir de esa fecha, los billetes no cambiados perderían su valor y serían papel mojado. Si a esta medida añadimos el premio de unas vacaciones en prisión a los responsables de las entidades reguladoras y de control de la actividad económica y la incautación de los ‘bonus’ obtenidos por algunos dirigentes de las finanzas internacionales, avariciosos causantes del estropicio universal, estoy seguro que no tendríamos que volver a ver debates tan vacuos, torpes y mentirosos como el que recientemente hemos presenciado en España como inicio de la campaña de las próximas elecciones europeas del 7-J. Mi amigo Antonio me trae cinco tréboles de cuatro hojas. Estamos salvados. Me voy a hacer una Primitiva. Abur.



Te puede interesar