En primer tiempo de saludo ante lo que representa su cualificación profesional y jerárquica en el Ejército español en el que un entramado de leyes subordinadas todas a la "ley de leyes", la Constitución, le permitieron llegar a ocupar el cuarto puesto de responsabilidad en su seno. Usted juró o prometió lealtad a la bandera de España, la Constitución y por consecuencia a la integridad de la Patria.
La Constitución es la plasmación democrática de la voluntad popular manifestada en referéndum y ella misma permite su modificación democrática. Me aterra pensar que quien ha sido Jemad de la Patria pueda oponer lo que ustad denomina "democrático" a la norma "democrática" que define y delimita la legalidad y legitimidad de la vida nacional.
La mano que le saludaba perdió el respeto militar y la uso para rascarme donde me plazca.
Lo siento, candidato José Julio Rodríguez, no por su paso a la política, en su derecho está, pero creo que lo va a pasar mal rodeado de compañeros que han definido al himno nacional, aquel que al escucharlo le mantenía firme y erguido en tiempo de saludo, como pachanga, fascista, cutre.
Le nombró Jemad un presidente socialista eficaz, inteligente y visionario que nos dejo una sentencia sublime: "La tierra no pertenece a nadie, salvo al viento". ¡Jo, candidato Rodríguez!, en agradecimiento va usted y les pone los cuernos con Podemos.
¡Que Dios le ampare o prometa felicidad! Abur.
