Opinión

¡De reflexión!: caballos en Vilamarín

Me explico la impaciencia y emoción que estarán sintiendo estos días aquellos candidatos de los diferentes partidos y coaliciones que se presentan a los comicios de mañana, especialmente los situados en las diferentes listas en las ‘zonas de frontera’. Me refiero a los puestos en los que pueden conseguir el acta de europarlamentario.


El nerviosismo vendrá dado, no por los emolumentos que supone el nombramiento, la carga que se avecina es la causante del natural desasosiego. En tiempos de crisis, la responsabilidad de estos futuros próceres es inmensa y su esfuerzo y sacrificio no está compensado por los emolumentos que van a percibir y que, aunque parecen elevados, son, a todas luces, escasos para la preparación de quienes en la actividad privada conseguirían una superior remuneración.


Unos trece mil euros mensuales entre sueldos y gastos y, otros diecisiete mil para costear al equipo de asistentes, es la cantidad con la que tendrán que apañárselas cada treinta días los elegidos.


Mientras ellos meditan sus futuras actuaciones yo reflexiono, a nivel tierra, sobre lo bien que se vive en Vilamarín. La gente es amable; el alcalde, servicial y querido. Situado a los pies de ‘La Martiña’, cabecera de los ‘chaos de Amoeiro’, con horizonte amplio, el pueblo en que vivo, con altitud cercana a los seiscientos metros sobre el mar, es una delicia.


Hoy usaré mi día de reflexión para meditar sobre el grato acontecimiento que disfrutamos el pasado domingo organizado por mi amigo Manolo Puga y que nos permitió presenciar una jornada hípica de categoría. Fue una denominada Marcha Hípica que reunió a decenas de amazonas y amazonos y, lo más curioso, un desfile de caballos que resultó muy interesante. La camaradería y el espíritu deportivo impregnó la jornada y, como no, hubo un suculento almuerzo al que no pude asistir.


Vean ustedes lo que es la vida, unos reflexionan por una cosa y otros lo hacemos por otra. ¡Ea!, que Dios reparta suerte entre los que nos representarán en Bruselas y que el año que viene se repita la grata Marcha Hípica de Vilamarín.


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