Opinión

Viagra, revolución fascista

Las desatenciones que estamos sufriendo los españoles estos últimos días, realmente nuestro joven presidente Zapatero, nos hacen cerrar filas en la reclamación de un trato adecuado y respetuoso hacia nuestro líder singular. Es el inventor del ‘social-capitalismo-social-ya veremos’. Ha sabido producir un nuevo flujo económico contrario al practicado por el popular José María Pelagio Hinojosa Cobacho, que robaba a los ricos y se lo repartía a los pobres. ¡Un momento que ya viene la Viagra! Líbreme Dios de insinuar que ahora nadie robe a nadie, solamente ayudamos a los bancos, a todos, a los que declaran unos beneficios ‘modestitos’ y sus ejecutivos responsables de su desinteresada gestión; tienen unos ‘bonus’ y jubilaciones semejantes a las de los empleados que son puestos en la calle, una calle socialista desde luego, en cuanto que las empresas no dan los beneficios competitivos previstos. ¡Un momento que ya viene la Viagra! Nuestros políticos hablan mucho de la Constitución pero se han olvidado que la primera, la del 1812, la que llamaron ‘La Pepa’ y definía: ‘El objeto del Gobierno es la felicidad de la Nación, puesto que el fin de toda sociedad política no es otro que el bienestar de los individuos que la componen’. ¡Viva la Pepa! ¡Ah! el José María que he citado líneas arriba era el apodado ‘el Tempranillo’. Volvamos al presente. De la China ha venido un avión cargado de, cargado de nada, bueno, no quiero exagerar, nos han renovado la fabricación del Flan Chino ‘El Mandarín’, nos permiten abrir más tiendas de todo a cien y nos han firmado un protocolo que garantiza que el cerdo agridulce no es minino concienciado. No soy muy optimista, conociendo el percal de quien yo me sé, que nos sienten en Washington el próximo 15-N. Pero, aleluya, que nos importa. Nosotros a lo nuestro. ¡Ya está aquí la Viagra!


Me susurran que el señor Garzón va a iniciar unas diligencias previas para esclarecer el ‘porqué la Viagra es azul’. Desde luego resulta extraño que no se le haya dado un color rojo, amarillo o morado a tan estimado medicamento. Al ser norteamericano, Pfizer, el laboratorio productor, algunos ven, aunque lejana, por tratarse de lo que se trata, la mano del señor Bush Jr. Las diligencias previas del señor Garzón señalan el temor que con la utilización de la Viagra se inicie el levantamiento y endurecimiento de lo que se levanta pero, que en realidad y teniendo en cuenta el color azul del fármaco, lo que se intente es conseguir que el personal, feliz con el levantamiento de lo que se levanta, llegue dispuesto a gozar con el segundo efecto del fármaco: el levantamiento del brazo derecho y mano estirada, de cada feliz usuario.


Vaya mi más profunda felicitación al señor Garzón por su sagacidad, pero si de verdad se levanta y estira el brazo después de levantarse, estirarse y endurecerse lo que ya está comprobado que ocurre, auguro un mundo de multitudes haciendo el odiado saludo romano. Si al señor Bernat se le ocurre algo, me refiero a algo nuevo, por ejemplo el uso de una anilina que tiña de rojo la Viagra, es posible que también se le cierre el puño a los empalmados y así todos contentos. El Presi ha manifestado su apoyo con un: ‘como sea Salvador, como sea, que así no se notará mi ausencia el 15N’. ¡Ojala me equivoque y el 15-N oigamos a Zapatero en Washington! La

Te puede interesar