Ni una cosa ni otra. El dilema enunciado lo planteó la semana pasada el prestigioso diario 'Financial Times' en referencia a unas manifestaciones de nuestro presidente, quien dijo: 'Los especuladores que atacan a la economía española perderán hasta la camisa'. ¡Toma nísperos Macarena! Según Barclays Capital, España necesita 73.000 millones de euros en los primeros cuatro meses de 2011 para hacer frente a su deuda soberana y la deuda bancaria. Desde luego, 'éste no es el escenario para un rescate', pero también indicaba el 'Financial Times' que 'los inversores, los pérfidos mercados, están preocupados por el posible coste del mismo, unos 420.000 millones de euros, lo que podría suponer la ruptura de la capacidad financiera de la UE'. Zapatero y su equipo (no me refiero al Barcelona que sí es un magnífico equipo) se encontraban y encuentran entre la espada y la pared.
En este contexto no llegó el comandante, como dice una bonita y patriótica canción cubana de principios de los sesenta, ni 'se fue el caimán', como decía otra canción de los años cincuenta en España (el caimán se suponía que era el general Franco), llegó Rubalcaba y cuando conoció el texto del Real Decreto-ley 13/2010, de 3 de diciembre debió decir: 'Esto no es un giro, es un vuelco a la derecha; estamos locos, quitamos la subvención a los parados, subimos el tabaco, bajamos impuestos y privatizamos. Hay que compensarlo de alguna manera'. Se miraron unos a otros con pavor; don José Blanco dijo: 'Ya te decía José Luis que algunos 'concetos' están equivocados'. Y ¿qué hacemos? exclamó el mandamás. La voz de Rubalcaba sonó: 'Amigos, hay que compensar, tenemos que darle caña a los chuletas de los controladores y eso es fácil. Veréis, el viernes publicamos el decreto que anuncia la privatización parcial de Aena, la 'basca controleta' se encabrona, pica el anzuelo y nos hace una huelga del carajo. Estos tíos tienen muy mala uva y quieren jorobarnos, pero no saben que Maquiavelo esta vivo y reencarnado. Nos hacen la puñeta y aquí está la solución. Que salga Pepe el primero, que avise a los señoritos privilegiados que vamos en serio; no se lo van a creer, después salgo yo y aviso que hemos decidido declarar la Alarma Nacional y entonces es cuando puede llegar, no un comandante, sino varios comandantes a las torres de control y los señoritos controladores se acojonaran y, santas pascuas'. Un breve silencio acompañó la acción. La voz del presidente manifestó: 'Alfredo, que nos cargamos el puente'. 'Es la ocasión, Jose Luis, si lo dejamos para la semana que viene nos montan el cirio en Navidad y eso es peor, en esas fechas se mueven con fervor? ¡pocos con fervor, eso sí! Es el momento, es un momento de equilibrar las decisiones y además ?dijo volviéndose solemne al presidente- el pueblo dirá: 'lo han hecho ¡con dos cojones, señores!' y no olvides que 'con dos cojones' es la ultima ratio del pueblo español'.
