Opinión

El PPdeG de Rueda, auténtico ganador del 23J

Feijóo no ha perdido nunca unas elecciones en las que él haya sido el candidato. En esta ocasión también ganó, pero por vez primera en su carrera política, por insuficiente, la victoria tiene cierto sabor un tanto amargo porque no le garantiza gobernar, que era su aspiración y la expectativa con la desembarcó en la calle Génova hace casi un año y medio, alimentada por la demoscopia amiga hasta el último minuto antes del recuento. Por eso para su partido, y especialmente para él, teniendo el viento claramente a favor, es un triunfo que le sabe a muy poco. Además aboca al expresidente de la Xunta a una situación muy delicada, no ya en el ámbito institucional, sino sobre todo dentro de su propio partido y entre los poderes fácticos conservadores. Algunos de los que defenestraron a Pablo Casado y pusieron en marcha la operación Feijóo pueden empezar a dudar de que hayan acertado cuando lo escogieron y aclamaron como presidente nacional y nueva esperanza blanca del PP. 

Algunos de los que defenestraron a Pablo Casado y pusieron en marcha la operación Feijóo pueden empezar a dudar de que hayan acertado cuando lo escogieron...

Fue el auténtico ganador. El Pepedegá cumplió, como siempre y a plena satisfacción de sus dirigentes. No le falló a su líder natural. Volvió a evidenciar que posee una maquinaria electoral prácticamente invencible cuando funciona a pleno rendimiento. Por segunda vez en pocos meses, tras el avance registrado por el PP en las municipales, este 23J Alfonso Rueda vio refrendado su liderazgo por los resultados en las urnas, al volver a sumar más diputados -trece de veintitrés- que toda la izquierda junta. El sucesor de Feijóo en el partido y en la Xunta nunca tuvo la tentación de adelantar las autonómicas. Ahora menos, pase lo que pase en los próximos meses, teniendo en cuenta el riesgo cierto de que la situación de bloqueo pueda desembocar en una repetición de las elecciones generales allá para finales del otoño, con las que Rueda no quiere que coincidan las gallegas. 

El Pepedegá cumplió, como siempre y a plena satisfacción de sus dirigentes

Más allá de su propio éxito, porque ganaron en todas las provincias, los populares saborean sobre todo los revolcones que sufrieron dos de las figuras más relevantes del PSdeG, Besteiro en Lugo y Miñones en A Coruña. Los socialistas se quedan sin cabeza de cartel claro de cara a las autonómicas. El ministro de Sanidad ya se descartó. Y el retroceso de los socialistas en Lugo, a pesar del respaldo del mismísimo Pedro Sánchez, pone en duda la conveniencia de que sea el lucense quien, cuando toque, dispute a Rueda y Pontón la presidencia de la Xunta. En el seno del PSOE gallego, donde nunca reinó la calma, se espera un verano movido ante la convocatoria de las primarias para elegir al candidato, mientras se extiende la idea de que Valentín González Formoso tendrá que dar un paso al frente, aunque no le apetezca la aventura. 

En el PPdeG ya no dudan de que, salvo sorpresa mayúscula, votemos cuando votemos, en el próximo Parlamento volverán a sentarse cuatro grupos políticos, con tres izquierdas compitiendo entre ellas

A la cúpula del PP gallego no le sorprendió el “sorpaso” de Sumar al Bloque. Lo apuntaban desde el principio sus encuestas internas. Se lo esperaba, en la medida en que estas elecciones -polarizadas al extremo- se desarrollaron en clave nacional, y lo celebra por lo que pueda tener de serio revés y cura de humildad para los nacionalistas, que habían situado demasiado arriba sus aspiraciones. En el PPdeG ya no dudan de que, salvo sorpresa mayúscula, votemos cuando votemos, en el próximo Parlamento volverán a sentarse cuatro grupos políticos, con tres izquierdas compitiendo entre ellas. Esa división, castigada por la aritmética electoral, le pone más fácil a los populares alcanzar una quinta mayoría absoluta consecutiva con la que dar por sellada, y en firme, la sucesión de Feijóo.

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