Opinión

Apelación al voto útil

Inmersos ya en la última semana de campaña los partidos afinan sus estrategias para intentar que la cuarta parte de los indecisos se decanten por su opción. Lo hacen con la tradicional apelación al voto útil que cada partido entiende a su manera y que cobra más sentido en una situación en la que cuatro partidos intentan ganar o ser decisivos. Unos para que los posibles pactos o coaliciones giren a su alrededor, otros para ser capaces de influir y cambiar las políticas en el caso de que no puedan gobernar, y aún hay otros que piden el voto útil para no desaparecer.

“Si alguien quiere votar al PP que vote al PP, no vote a otros”, dijo José María Aznar en un mitin en Zaragoza. Hasta ahora el PP no se había visto obligado a pedir el voto útil porque en su espacio del centro derecha no había nada que le pudiera hacer sombra, pero la irrupción con fuerza de Ciudadanos, partido a quienes los encuestados por el CIS sitúan en el mismo espectro ideológico, les obliga a incidir no solo en el voto del miedo -Luis de Guindos acaba de hacerle una oda- sino recurrir al voto útil para que la dependencia de los pactos con Ciudadanos sea menor. Porque salvo este partido, el resto de contendientes con posibilidad de obtener representación parlamentaria pueden optar por el ‘cordón sanitario’, para aislar al PP, porque algunas declaraciones realizada por el líder de Podemos en el sentido de que puede pactar con el Partido Popular no tiene otro significado que no dar miedo y aparecer como excesivamente sectarios.

El voto útil se reclama cuando un partido sabe que con sus antiguos apoyos no le va a ser suficiente para imponer el cambio de orientación en el Gobierno, o para resistirse a él. La novedad de este proceso electoral es que la lucha por este voto se ha trasladado también al centro derecha, cuando antes era patrimonio de la izquierda para tratar de paliar la fragmentación de sus apoyos. Así, Ciudadanos también pide el voto útil para ser garantía del cambio y obligar al PP, al menos sobre el papel, a firmar su pacto anticorrupción si quiere contar con ellos. Pero Ciudadanos no explica si el voto útil que reclama servirá para el cambio o para el ‘recambio’.

En esta ocasión, en la izquierda, el voto útil para el cambio tiene varias direcciones incluso en una misma comunidad autónoma si se trata de elegir alcaldes o al presidente autonómico, en función de las previsiones de las encuestas, situación que se repite en varias regiones. En el Ayuntamiento de Madrid el voto útil sería para la lista encabezada por la exjueza Manuela Carmena, que se encuentra muy cerca de Esperanza Aguirre, mientras que los votos de IU se van a quedar sin representación y el PSOE es la tercera fuerza política. Por el contrario, es el socialista Ángel Gabilondo quien más cerca se encuentra de la candidata popular Cristina Cifuentes, pero con Ciudadanos y Podemos en un pañuelo de votos, en la comunidad autónoma.

A efecto de elecciones generales el voto útil de la izquierda para el cambio sería el del PSOE, que según el CIS se encuentra a 1,3 puntos del PP, con UPyD que le restó votos condenada a la irrelevancia, y hay seis comunidades en las que el PSOE espera ser la fuerza de izquierda más votada, que le permitirían liderar una coalición de partidos progresistas.

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