Opinión

Ciudadanos se decanta por la derecha

Todavía no ha llegado el momento en el que los máximos líderes de los partidos nacionales o sus equipos de confianza se pongan al frente de las negociaciones que deben conducir a la investidura de un próximo presidente del Gobierno. Pero eso no quiere decir que no hayan comenzado a celebrarse contactos informales y sobre todo que no se avance en los niveles más bajos para la formación de las corporaciones municipales y de los gobierno autonómicos.

A pesar de que aún no hay ningún acuerdo de entidad cerrado, PP y Ciudadanos han puesto ya los primeros mimbres para armar el cesto de la gobernabilidad en algunas regiones mediante el pacto entre ambos partidos. Y en esos contactos, el partido de Albert Rivera no ha dado la sorpresa. Allí donde tenía capacidad de elegir entre socialistas y populares los candidatos del partido naranja se han decantado por el PP, sin plantearse el dilema de entablar negociaciones con el PSOE para sustituir a los populares o permitir que los socialistas sigan gobernando.

Los dos casos paradigmáticos son Castilla y León y Aragón. En la primera comunidad autónoma entre los dos se bastan para alcanzar la mayoría absoluta de las Cortes castellanoleonesas. Aunque en algún momento pareció que el partido de Rivera apelaría a sus principios regeneradores para citar que el PP siga gobernando una comunidad en la que lo ha hecho desde hace tres décadas, a la hora de la verdad parece que el pacto con el PP está muy avanzado y no habrá sustitución de los populares que aceptan acabar con los aforamientos, medida estrella de Ciudadanos en estas negociaciones. 

Y otro tanto pasa en Aragón donde PP y Ciudadanos ya redactan un programa para presentárselo a los regionalistas del Partido Aragonés cuyos tres escaños necesitan para lograr una mayoría absoluta que también requiere el apoyo de Vox. La negativa del PAR a mantener tratos con la ultraderecha puede dar alguna chance a Javier Lambán que también necesitaría a los regionalistas. En Murcia pasa otro tanto, y los mismo en Madrid, comunidad y ayuntamiento, donde PP y C’s ya han contactado, minusvalorando las reuniones que han mantenido con el candidato socialista, Ángel Gabilondo.

O sea, que Ciudadanos hace buena su decisión de considerar al PP su socio preferente, a pesar del guiño que hizo al PSOE el pasado lunes. Queda por ver como articula la segunda parte de su posición dado que excluía a Vox de las negociaciones, pero este partido ya ha comenzado a demostrar que no piensa “quedarse en un rincón”.  En fin, una vez acordado los programas entre PP y Ciudadanos, la presión de ambos será más fuerte sobre el partido de la ultraderecha al tiempo que permitiría al partido naranja mantenerse fiel a su electorado, procedente mayoritariamente del PP, que podría considerarse engañado si sus votos sirven para apoyar a los candidatos socialistas.

Y de forma simultánea, mientras las tres derechas pueden llegar al pacto, presionan al PSOE con la situación de Navarra y le piden un ejercicio de responsabilidad, mientras ellos defienden sus intereses partidistas, porque si Navarra Suma ha sido el partido más votado en la comunidad foral, el PSOE lo ha sido en el resto de comunidades autónomas que están en juego y, en buena lid, es muy posible que no gobierne en ninguna de ellas por la suma de las tres derechas.

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