Opinión

Por detrás de la realidad

El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sigue empeñado en que el PSOE gane las elecciones cualquiera que sea su ámbito, a pesar de que la encuesta definitiva, la que da el recuento de los votos, ha desmentido sus previsiones en el caso del 28M. Inasequible al desaliento, en su primer barómetro tras esos comicios vuelve a dar ganador al PSOE para las elecciones del 23J. Al menos ahora la ventaja de los socialistas sobre los populares apenas es del 0,5%, que entra dentro del margen de error de la muestra, con lo que el empate es, más que técnico, real.

Una vez que, según el CIS, se va a necesitar la foto finish para ver quien gana, el siguiente dato emocionante se traslada a quien ocupa la tercera posición, si Sumar o Vox. Como la encuesta se realizó cuando aún no se había fraguado el acuerdo entre la plataforma de Yolanda Díaz y Podemos, el 14,3% de intención de voto que Tezanos atribuye a la nueva formación tiene margen para crecer si anima a la participación a los votantes desmovilizados y desencantados con las luchas cainitas de la izquierda. La consecuencia evidente es que el 31,2% de los socialistas más el porcentaje de Sumar, a los que se deben añadir el resto de los votos obtenidos por los partidos que han apoyado desde fuera al PSOE, darían para reeditar un nuevo Gobierno de coalición con Pedro Sánchez al frente.

Del mismo modo que el CIS juega a favor de parte también lo hacen las encuestas que se publican en los medios de comunicación privados, todas ellas coincidentes en la tendencia del cambio de ciclo, aunque no se pongan de acuerdo sobre la magnitud del triunfo popular, eso sí necesitado de la muleta de Vox para que Alberto Núñez Feijóo alcance la Moncloa.

Ocurre que todas las encuestas, la fotografía de un instante, pueden estar desenfocadas debido a que los acontecimientos políticos se suceden con tanta rapidez que los sondeos publicados van varias noticias por detrás de la realidad. El caso del acuerdo entre Yolanda Díaz y los restos de Podemos, incluida la defenestración de Irene Montero es paradigmático, pero no lo es menos que el acuerdo de gobierno entre el PP y Vox en la Comunidad Valenciana en el que los populares han asumido buena parte del marco ideológico del partido de la ultraderecha, puede tener incidencia en la intención de votos, si se produce reacción del electorado de izquierda ante el pacto de los partidos de la derecha, si los votantes de Vox consideran que sus líderes han sacado rédito a la fuerza que le han concedido y deciden seguir apostando por el liderazgo de Santiago Abascal, o si dados los acuerdos y que el PP se ha derechizado vale más consolidar el voto útil en favor del partido primogénito. O que ante el pacto PP-Vox los votantes consideren que la moderación ha cambiado de bando.

A esto hay que sumar que se está en los comienzos de una nueva campaña electoral y que todavía quedan muchas estrategias que perfilar, al tiempo que arrumbar otras que ya son cosa juzgada, aunque se traten de estirar. Además, siempre pueden surgir nuevos errores no forzados, o fallos discursivos cuando se transita por la delgada línea roja que separa el deseo de la pureza ideológica de la necesidad de afrontar el mestizaje político, porque lo que se quiere es atesorar el mayor poder territorial posible. Pero de eso ya irán dando cuenta las siguientes fotografías.

Te puede interesar