Opinión

Efectos secundarios

Las metáforas en política las carga el diablo, y más que un elemento positivo de propaganda suelen servir para ‘dejarles a huevo’ a los adversarios campo libre para las críticas volviendo la oración por pasiva. El video del partido popular realizado como colofón de la legislatura entra en esa categoría. La enferma –España- se ha recuperado de la crisis que ha estado a punto de llevarla al colapso gracias a la intervención de los cirujanos populares. Pero como bien conoce cualquiera que haya pasado por un hospital o haya tenido una enfermedad grave sabe que algunas profilaxis y muchos medicamentos que curan unas enfermedades tienen contraindicaciones y efectos secundarios que pueden dejar al enfermo peor de lo que entró en el hospital donde puede contraer males que no tenía.

Cualquiera que haya padecido una enfermedad grave sabe que no todos los galenos aplican las mismas pautas terapéuticas, y que muchas de ellas están ligadas a cuestiones ideológicas a pesar de tratarse de una ciencia. Y en las recetas aplicadas por Rajoy y su gobierno para sacar al país de la crisis, y en muchas de sus políticas con respecto a la solución de los problemas del país, la ideología ha primado sobre otras posibles soluciones menos traumáticas, y que no respondieran a la falacia de ‘las únicas medidas posibles’, porque otros países han aplicado las reformas con plazos más lentos y con consecuencias menos traumáticas -léase Francia e Italia-, que aunque no les ha llevado a ser los campeones del crecimiento económico en Europa, como presume el Gobierno, se encuentran con menores tasas de paro.

Los efectos secundarios del tratamiento recibido contra la crisis económica son bien conocidos, los recortes en los servicios públicos, de forma singular en Sanidad, Educación y Dependencia; la reforma laboral, que ha favorecido y abaratado el despido y que lejos de fomentar el empleo fijo y de calidad lo ha precarizado hasta límites nunca vistos, sin que se haya logrado rebajar con claridad la cifra de paro recibida por el Gobierno anterior; una devaluación interna para los trabajadores, que contrasta con los aumentos salariales de los ejecutivos de las empresa que han llevado a España a un incremento insoportable de la desigualdad, como reconocen todos los informes nacionales e internacionales que evalúan el estado de salud de nuestro país.

Cuando el enfermo al que ha salvado el equipo médico del gobierno popular salga a la calle se encontrará que en ese ínterin se han aprobado una serie de leyes restrictivas de derechos y libertades que el PP ha sacado adelante en la gran mayoría de los casos en solitario, que han sido recurridas ante el intérprete de la Constitución–Ley Wert, Ley de Seguridad Ciudadana, Código Penal– con la peculiaridad de que fueron presentadas por toda la a oposición en bloque y que todos sus integrantes se han comprometido a derogarlas en cuanto que tengan una mayoría suficiente para hacerlo.

La proximidad de las elecciones y la necesidad de hacer balances lleva a que los partidos pierdan memoria o pierdan pudor. Al PP se le ha olvidado la coda que solía poner hasta ahora: mientras haya tasas de paro insoportables –que duplican a las de la UE- no se habrá superado la crisis. Pues eso.

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