El primer barómetro del CIS con intención de voto tras la reelección de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE arroja una gran novedad que es preciso tomar con la cautela que debe rodear cualquer fotografía de un instante y que habrá que esperar a ver si se confirma como tendencia ante unas elecciones generales que aún están muy lejanas. La novedad no es otra que el "sorpasso" de los partidos de izquierda, socialistas y Podemos, sobre los del centro derecha, PP y Ciudadanos, una circunstancia que no se había dado en ninguna de las últimas encuestas y por supuesto en las dos últimas elecciones generales.
La primera circunstancia que ha contribuido a esta situación es el posicionamiento de los socialistas en un espacio claramente de izquierdas -el "Somos la izquierda" de su último congreso-, y la reelección de Pedro Sánchez. Los datos del CIS habrán roto los esquemas de muchos socialistas de la "vieja guardia" y debieran terminar de convencer a aquellos "barones" opuestos a su reelección de que deben abandonar cualquier estratagema para hacerle la cama. Además, suponen una enmienda parcial a la actuación de la gestora que con la dilación del último congreso ha perdido un tiempo precioso en la labor de oposición, a pesar de los logros conseguidos en los primeros compases de la legislatura, pero que no pudo quitarse el sambenito de haber contribuido a facilitar un nuevo gobierno del PP.
Los encuestados han dado un voto de confianza al "nuevo" PSOE, valoran su firmeza ideológica y es de suponer que aceptan sus propuestas sobre el problema territorial, basado en el apoyo sin fisuras al Gobierno en contra del referéndum de secesión, acompañado de su apuesta por una solución federal al problema territorial. Y han respondido al cambio de liderazgo y a los nuevos mensajes de los socialistas. Ahora le corresponde sólo a Pedro Sánchez, y a las políticas que desarrolle con su equipo, mantener al menos o aumentar esa confianza. Además, el apoyo conseguido por el PSOE marca ya una distancia suficiente con el partido de Pablo Iglesias, que aleja cualqueir peligro de "sorpasso" por su izquierda al mantener la hegemonía en este espacio político y abre la puerta a colaboraciones más intensas -ahí está el laboratorio de Castilla-La Mancha-, despues de que ambos partidos se hayan reconocido como aliados necesarios para sustituir al PP en el Gobieno.
Con Pedro Sánchez el partido que lidera obtiene cinco puntos más que en el anterior barómetro del CIS con intención de voto y se sitúa en el 25% de los votos a solo cuatro puntos del Partido Popular. Este porcentaje de votos, sumado al 20% de Podemos y sus confluencias superan la suma del 29% de los populares y el 14,5% de Ciudadanos.
El PP sigue siendo el partido más votado pero ha perdido el apoyo del 4% de los votantes desde las elecciones del 26-J. Los ciudadanos no parecen valorar de manera suficiente que haya logrado sacar adelante los Presupuestos para este año, que esté a punto de conseguir los apoyos para aproblar los del siguiente y que haya superado una moción de censura. Y todo a pesar de los esfuerzos de sus dirigentes para asegurar que la corrupción en su partido es cosa juzgada en las urnas, de que la encuesta fuera realizada antes de su comparecencia como testigo ante un tribunal por el "caso Gürtel" y pese a los buenos datos macroeconómicos. Sin embargo, se mantiene la percepción de que la corrupción es un asusnto que el PP no ha resuelto y que se siguen sin recuperar las condiciones de vida y empleo previas a los recortes de la crisis.
