Opinión

Europa se estanca

Hace un año, España se encontraba todavía en recesión y la ausencia de crecimiento económico suponía un lastre para el PIB europeo. Un año después es de los países que más crece de la zona euro con una subida del 0,6% del PIB en el segundo trimestre, mientras que Alemania ha crecido un 0,2, Francia registró un conocimiento nulo e Italia está en recesión. El resultado es que la zona euro está estancada y el conjunto de la UE ha crecido tan solo dos décimas. A este mal dato europeo se le añade otro, el de la inflación en la zona euro del 0,4%, muy alejado de las previsiones habituales del 2% para el crecimiento de los precios. Y hay otro dato nacional no menos preocupante, la superación del billón de euros en la deuda externa y que supone el 98,2 del PIB, acercándose a toda velocidad a la previsión para el conjunto del año del 99,5%, sin que parezca que el Gobierno es capaz de atajar el aumento dela deuda pública.

La evolución económica europea da la razón a todos aquellos expertos que han advertido que el crecimiento europeo distaba mucho de haberse consolidado, que la crisis se había quedado atrás y que se entraba en una nueva senda. Por lo pronto el consenso de los expertos consultados por el BCE pronostica que la economía de la zona euro crecerá una décima menos de lo previsto en 2014%. Y eso sin contar con la influencia negativa que pueden acarrear la los problemas geopolíticos en Europa y Oriente Próximo.

Frente a estos síntomas de decaimiento de la economía europea, el presidente del Gobierno anunció en la conferencia de prensa de fin de curso que, a la vuelta de las vacaciones, se revisaría al alza la previsión de crecimiento de la economía española establecida en el 1,2%, sin llegar al 1,5%, porque la recuperación es “firme e intensa”, no “un espejismo”, y que había “llegado para quedarse”. Los nuevos datos europeos, debieran mover a la prudencia al Ejecutivo de Rajoy porque la evolución de las economías de las locomotoras alemana y francesa puede condicionar el desarrollo español en un momento en el que el sector exterior ya no tira con la fuerza que lo hacía antes, las importaciones han comenzado a superar a la exportaciones, mientras que el comercio interior sigue sin despegar aunque industria y servicios repuntan en el último mes. 

La Comisión Europea, ha dispensado ayer sus elogios a España y Portugal al ligar su crecimiento al éxito de las reformas emprendidas, sin mencionar, claro, el coste social que han tenido. Sin embargo, han sido precisamente las consecuencias de las reformas en los países que han sido rescatados, o que lo han sido parcialmente –sistema financiero en nuestro caso-, uno de los motivos por los que Francia ha tardado tanto tiempo en adoptar medidas que suponen una reducción del déficit de 50.000 millones en tres años, o de que el primer ministro italiano, Mateo Renzi, diga claramente que su modelo de reformas no es precisamente el español.

Como el Gobierno español ha sido el alumno aventajado del ‘diktat’ de Bruselas y de la troika, y desde Bruselas se aconseja “mantener el rumbo de las reformas”, Rajoy también anunció en aquella conferencia de prensa que en septiembre se realizaría un balance del cumplimiento del plan de reformas de las Administraciones Públicas y que está dispuesto a seguir con nuevas reformas. No hablo de recortes, pero la evolución de la deuda de las administraciones públicas no hace presagiar nada halagüeño.

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