Opinión

Intereses creados

Las reacciones suscitadas desde que Pedro Sánchez anunció la presentación de una moción de censura contra Mariano Rajoy no hacen sino poner en evidencia que no es solo el PSOE quien realiza cálculos electorales, en el caso de que esa sea la razón última de su iniciativa y no la regeneración de unas instituciones que se encuentran malparadas como consecuencia de la baja credibilidad que atesora el presidente del Gobierno y las causas por corrupción en la que está inmerso su partido, unas sentenciadas ya y otras en curso de investigación.

Las dudas sobre las intenciones de Pedro Sánchez podían ser razonables en tanto no daba pistas sobre el momento en el que anticiparía las elecciones generales para que los ciudadanos expresaran con su voto sus apoyos a unos u otros, pero una vez que ante su grupo parlamentario, y en las conversaciones iniciadas ya con los grupos parlamentarios, se ha comprometido a pactar con ellos la fecha de los nuevos comicios, queda despejado este camino.

En cuanto a la agenda social que ha prometido poner en marcha, parece claro que es para derogar algunas de la leyes más impopulares aprobadas por las Cortes con la mayoría absoluta del PP, aunque, curiosamente, no se le ha escuchado decir nada de la más nociva de ellas para los trabajadores, la reforma laboral, que ha llevado a los más altos niveles de desigualdad entre los españoles, a la generalización de los trabajos temporales y la precariedad y a la laminación de los derechos laborales. Y aun así la Bolsa baja y la prima de riesgo crece, aunque aún está muy lejos de los seiscientos puntos básicos que alcanzó en los primeros años de gobierno popular.        

De lo que no cabe ninguna duda es del compromiso de Pedro Sánchez con el mantenimiento del ordenamiento constitucional y de que no habrá cesiones hacia los independentistas catalanes, pero tampoco hacia los nacionalistas vascos. Si los primeros votan a favor de Pedro Sánchez será porque quieren arrumbar a Mariano Rajoy a sabiendas de que no van a conseguir revertir la aplicación del artículo 155, hasta que Qim Torra nombre un gobierno como es debido. Y el PNV sabe de sobra que pese a que empieza a sacar los pies del tiesto no puede exigir a un gobierno provisional que entable  negociaciones sobre el modelo territorial cuando es un asunto pendiente que requiere un debate fundamentado sobre la lealtad constitucional y abandonar el deseo de pescar en aguas revueltas. A Sánchez, por el momento, le aplauden todos los suyos que no es poco.

Las más originales una vez más son la pretensiones de Ciudadanos que quiere volver aplicar la solución “a la murciana y a la madrileña” y al que le gustaría no solo que el PP cambiara al presidente del Gobierno, sino que el PSOE tampoco presentara como candidato a Pedro Sánchez antes de tener que “retratarse” y mantener a Mariano Rajoy en La Moncloa. Albert Rivera también se juega mucho en esta moción de censura

Los populares, por boca de su portavoz afirman que la moción de Sánchez no obedece a los intereses de España y de los españoles sino a los de Pedro Sánchez. Una vez más aflora su sentimiento patrimonialista de España, y de la consideración de los españoles como “un solo pueblo” cuyos miembros no supieran discernir cuáles son sus intereses y cómo defenderlos mejor. 

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