Opinión

Pactos de amplio espectro

Afirma el presidente de Ciudadanos que ve “ilusión de cambio” y, de forma simultánea, que la gente ha entendido que tienen que ayudar a la gobernabilidad de las instituciones, para lo que no ve con malos ojos que gobierne la lista más votada. Albert Rivera intenta cuadrar el círculo, mediante pactos ‘de amplio espectro' como lo ha definido la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, en el que entrarían tanto el PP como el PSOE, e incluso Podemos.

A tenor de las encuestas que dan vencedor al PP sin mayoría absoluta en la mayor parte de las comunidades autónomas y en grandes ayuntamientos -sin contar con el vuelco que pueden producir los indecisos-, Ciudadanos debe explicar cómo va a satisfacer la pulsión de cambio si a continuación apoya a la lista más votada y permite que el PP siga gobernando instituciones en las que lleva más de dos décadas -de la misma forma que parece que está más cerca el acuerdo con los socialista andaluces-, y garantizar la estabilidad sin entrar en gobiernos de coalición, que considera más inestables que el apoyo externo que les puedan brindar.

Tampoco dice Albert Rivera qué condiciones pondrá al PP para facilitarle seguir gobernando y en qué lugares. A los votantes les debiera aclarar, por ejemplo, qué les exigirá a los candidatos populares de Madrid y Valencia que –siempre según los sondeos- van a necesitar de sus escaños para gobernar, por ser el epicentro de la corrupción que ha afectado al PP. ¿Qué “lastre” exigirá por escrito –como a Susana Díaz, de la que no se fía- que se comprometa a soltar el PP, además de los compromisos en la lucha contra la corrupción, como paso previo a las negociaciones sobre otros asuntos de gran preocupación para la ciudadanía? ¿Tendrá Ciudadanos la misma actitud en Madrid y Valencia, por ese motivo, que en otros territorios y ayuntamientos? ¿O más aún, es ahí donde puede pactar con Podemos para impulsar la regeneración mediante una coalición de perdedores, pero que pueden representar al 70% de la población? De no aclarar estas cuestiones muchos electores se pueden plantear dejar de apoyar a Ciudadanos en las urnas, si finalmente perciben que su voto servirá para apuntalar la mayoría minoritaria del PP.

Mientras Pedro Sánchez ha declarado que dará libertad a sus barones regionales y a sus candidatos para alcanzar acuerdos con quien consideren preciso -salvo el PP y Bildu, por razones obvias y distintas en ambos casos, aunque en el PP se rasguen las vestiduras por aparecer en el mismo tándem-, Albert Rivera no ha ido tan lejos como el líder de los socialistas y será la ejecutiva del partido la que dé vía libre a los pactos que se le presenten y en el que la lucha contra la corrupción será una de las principales líneas rojas.

El presidente de Ciudadanos se cuida mucho de dar pistas acerca de cómo va encontrar el equilibrio entre “la responsabilidad”, para evitar que España se convierta en Grecia, “y la necesidad de cumplir nuestros compromisos con la sociedad”, y por ese motivo, sobre todo desde el PP, pero también desde el PSOE, se acentúa la presión para que defina cuál será la orientación de los grandes acuerdos que propone para transformar y renovar el país, porque no va a poder navegar permanentemente entre dos aguas y porque los grandes partidos tienen también líneas rojas que no van a dejar traspasar a Ciudadanos.

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