Opinión

Vacunas para el Gobierno

Los errores que ha cometido el Gobierno en los últimos días deben servir para que tome nota de que no puede cometer más errores no forzados, de que ha llegado el momento en el que las rectificaciones en determinados asuntos son cada vez menos asumibles por una ciudadanía que, en efecto, sufre un grado de confinamiento superior al de otros países, sin negar que esa decisión ha sido determinante en el progresivo control de la epidemia.

La rectificación sobre la salida de los niños -ya hay quien pide que también salgan los adolescentes- debe haber vacunado al Gobierno para no volver a cometer un error de esas dimensiones de coordinación interna y de comunicación externa, porque aumenta la sensación de inseguridad de los ciudadanos sobre las manos que dirigen la desescalada de las medidas de confinamiento y dicta las instrucciones para paliar los efectos de la epidemia.

La vacuna parece que ha comenzado a tener efecto a tenor de las palabras del presidente del Gobierno durante el pleno del Congreso en el que se ha aprobado la prórroga del estado de alarma otras dos semanas, al anunciar que el desconfinamiento se realizará mediante una “gobernanza compartida” con las comunidades autónomas, pero bajo la dirección del Gobierno central y que el camino hacia la “nueva normalidad” no se  transitará a nivel autonómico, sino por zonas en las que se cumplan los requisitos que lo permitan.

En un acto de ponerse la venda antes de la herida, Pedro Sánchez anunció que esa medida pondrá en tensión “toda la estructura institucional”, por ese motivo es esencial que el pacto con las comunidades autónomas no cause más problemas ante la respuesta asimétrica que se avecina, que se produzca un diálogo previo, que no se enteren de las medidas a aplicar antes de que se les consulten. El jefe del Ejecutivo ha anunciado que en las dos próximas semanas se avanzará en las medidas de desconfinamiento y desde los grupos parlamentarios nacionalistas, independentistas y regionales ya le han indicado por donde deben ir algunas de las decisiones sobre todo en el medio rural e insular, y ya no le servirá la excusa de la falta de tiempo para abordarlas con las autoridades autonómicas. 

Sin embargo, la vacuna que se suponía inoculada , una dosis más porque son episodios repetidos, con la yenka que se produjo sobre el anuncio de la renta mínima vital con las posiciones contrapuestas entre el ministro de Seguridad Social y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, no hizo efecto tras la reacción del líder de Unidas Podemos con la rectificación sobre la salida a la calle de los niños. Sin embargo s¨´i puede que la tenga para que este instrumento no entre en colisión con las normas similares que existen en las comunidades autónomas y abra un nuevo frente de conflicto con ellas.
Tras la bronca sesión parlamentaria precedente y tras haberse acordado que la mesa para la reconstrucción prevista se ha convertido en una comisión parlamentaria, el Gobierno trató de ser más condescendiente con el PP y ofreció garantías de que el éxito, si se logra, será compartido. Si el tono del jefe del Ejecutivo ha sido conciliador -de nuevo sin asomo de autocrítica- las intervenciones de Pablo Casado han seguido la línea de otros debates. Ambos parecen inmunes, uno a la humildad, y otro a no rentabilizar políticamente la tragedia.

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