Opinión

La discreta vuelta a Ourense de los descendientes de antepasados judíos

Barrio judío de Ribadavia
photo_camera Barrio judío de Ribadavia

No se habla de estos, apenas se conoce. Pero a Ourense están volviendo discretamente ciudadanos de origen sefardí, descendientes de quienes poblaron las viejas aljamas bien ubicadas en ciudades como Ribadavia. Les cuento como lo supe. Entre las personalidades del mundo del protocolo internacional que tuve la suerte de conocer en congresos de la Organización Internacional de Ceremonial y de la Academia Internacional, de la que soy vicepresidente, en la que están representadas 34 naciones de Europa, América y África, destaca la señora Miri Yachin, jefe de protocolo del Parlamento de Israel, el Knesset, con quien estoy en la foto, quien ostenta, además, el rango de brigadier general. Cada vez que coincidimos, conversamos mucho y gratamente, en francés, dadas mis limitaciones para el inglés, y gracias a cierta mejor soltura en el idioma de Molière, que los españoles del plan de Bachillerado de 1958 tuvimos como lengua extranjera con carácter general, luego perfeccionado gracias a la labor de la Alianza Francesa.

La señora Yachin es de origen asquenazí, los judíos que se asentaron en la Europa Central y Oriental que desarrollaron costumbres y leyes particulares, que los diferencian de otros grupos del pueblo judío, como los sefardíes, que conservaron su idioma ladino. Recuerdo con emoción que me contó que sabía de familias que conservaban el amor a España y que guardaban las llaves de las casas de que fueron expulsadas por los Reyes Católicos. Como saben y como justa reparación histórica, los sefardíes que lo deseen pueden hoy recuperar la nacionalidad española.

Para saber más de este asunto recomiendo la lectura de la “Guía judía de España”. Yo pensaba que, en Galicia, la concentración de hebreos de origen se localizaba sobre todo en el todavía hoy llamado barrio judío de Ribadavia, pero la señora Miri Yachin me ilustró al respecto. Con respecto a sus funciones, me contó que ella organiza los eventos y ceremonias regulares de la Knesset, el Día de Recordación del Holocausto, el memorial de los jefes de Estado fallecidos, el memorial de las víctimas israelíes de la guerra y las víctimas del terrorismo, el Día de la Independencia, las fechas internacionales de conmemoración y las inauguraciones de la Knesset. Mi amiga me explicó que era muy fuerte el sentimiento de amor a España de los sefardíes. Y en ese sentido, con respecto a Galicia, destacó que hay tres lugares de especial referencia sentimental: Ribadavia, Monforte de Lemos y Tui, además de comunidades menores en otros lugares, como en el mismo Ourense. Los estudios al respecto localizan las comunidades judías entre la llamada Rúa Nova y lo que hoy es Lamas Carvajal, antes rúa de Oliveira. En el libro de Benito Fernández Alonso sobre los judíos, que se conserva en la biblioteca de la Diputación, se relata el sufrimiento de las persecuciones que sufrieron por orden de un tal Pedro Gamarra, por la mala fama que se les achacaba de brujería y superstición, que el fanatismo y la ignorancia daba por ciertos, aparte de la fama de usureros.

Con respecto a Ribadavia, las evidencias son las más llamativas y duraderas. El recorrido por la capital del Ribeiro permite conocer cómo era la vida de los judíos que se asentaron en esta villa vinícola entre los siglos XI y XIII. Su Centro de Información Judía de Galicia, ubicado en el Pazo de los Condes, anexo al castillo de la villa orensana, revela cómo judíos y cristianos lucharon de manera coordinada en 1386 contra las tropas del Duque de Lancaster que habían invadido Galicia, aunque la judería resultó muy dañada en esa contienda. A principios del siglo XVI, algunas fuentes aseguran que la población hebrea alcanzaba los 1.500 habitantes, aunque otras fuentes reducen la cifra a poco más de un 10%. Se cree que los conversos vivieron con cierta tranquilidad hasta el siglo XVII, simulando ser cristianos y practicando su religión clandestinamente. Como curiosidad se ha citado un vestigio presente, la tahona de Herminia Rodríguez, señora octogenaria que dedicó los últimos decenios de su vida a elaborar ricas pastas sefardíes. También se atribuye a los sefardíes la costumbre del “tapeo” o ir comiendo pequeñas porciones de comida a lo largo de la mañana.

Sobre este asunto se debe citar el excelente reportaje que realizó en su día Maribel Outeiriño, alrededor de la obra de don Benito Fernández Alonso sobre los judíos en Ourense, entre los siglos XV a XVII, que descubre algunas curiosidades sobre los conversos que alcanzaron reconocimiento social y profesional, y emparentaron por matrimonio con conocidas familias como los Novoa, Prado, Puga, Villamarín y otros. Aparte de la judería de Ribadavia y su presencia en la capital, había sinagogas en Celanova, Monterrey y Allariz.

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