Opinión

Francia estudia que los padres de los menores de los disturbios paguen los daños

Todos hemos visto los efectos de los daños causados en Francia en más de doscientos municipios, como consecuencia de la calificada de “rebelión urbana” de miles de jóvenes, en muchos casos de entre trece y diecisiete años, tras la muerte de un joven de origen argelino, cuando huía de un control policial. El presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, reunido en el Elíseo con 250 alcalde para hacer balance tras el proceso que ha dejado tanta destrucción en gran parte del territorio, puso sobre la mesa la posibilidad de que los padres de los menores que causaron los incidentes paguen sus efectos. Macron y su Gobierno han lanzado la idea, recurrente en la derecha, de castigar económicamente a los padres: “Sería necesario que logremos castigar económicamente y fácilmente a las familias, una especie de tasa mínima desde la primera”. Desde el primer momento, el presidente de Francia apeló a la responsabilidad de los padres, a quienes pidió que contuvieran a sus hijos en casa, pero los menores no fueron los únicos, ni tampoco se puede resumir que todos ellos pertenecieran al mismo perfil y origen.

Emmanuel Macron, reunido en el Elíseo con 250 alcalde para hacer balance tras el proceso que ha dejado tanta destrucción en gran parte del territorio, puso sobre la mesa la posibilidad de que los padres de los menores que causaron los incidentes paguen sus efectos

Macron adelantó esta idea en la visita a un cuartel de la gendarmería de París. “La República no pretende reemplazarlos” (a los padres), insistió. La idea es estudiar caso por caso y evitar las generalizaciones con los subsidios familiares. Según el semanario Paris Match, el ministro de Justicia, Eric Dupond-Moretti, señaló a los padres, en una circular dirigida a los fiscales de cada tribunal en Francia con estas palabras: “Siempre que los padres pueden ejercer su patria potestad y no lo hacen, hay una responsabilidad penal que quiero implementar”, recordando las penas incurridas: dos años de prisión y multa de 30.000 euros. Pero sectores de la izquierda francesa, como Ali Rabeh, alcalde de Trappes, una comuna en el oeste de París con una alta tasa de pobreza, acusan a Emmanuel Macron de “echar leña al fuego”. Se ha recordado que la población de los barrios donde se concentra la violencia estaba compuesta en gran parte por “familias monoparentales” y describió estas situaciones en las que la madre “está sola para trabajar para tratar de llenar la nevera” y, por lo tanto, “no está allí cuando su hijo sale de la escuela y pasa el rato en la calle”. No siempre se pueden aplicar las medidas educativas necesarias.

“La República no pretende reemplazarlos” (a los padres), insistió. La idea es estudiar caso por caso y evitar las generalizaciones con los subsidios familiares

La suspensión de los subsidios familiares para los padres de menores ausentes de la escuela se votó en 2010 bajo el presidente derechista Nicolas Sarkozy. Durante la campaña en 2012, incluso prometió extender el castigo a los delincuentes juveniles, antes de ser finalmente abandonado. Su sucesor socialista François Hollande (2012-17) derogó la medida. Pero los Republicanos de Sarkozy siguen defendiendo esa medida en las cámaras. Emmanuel Macron consideró ante 250 alcaldes que creía pasada la peor de la crisis: “Este es el orden republicano sostenible que todos queremos, en el que trabajaremos. Esta es la máxima prioridad”, vino a decir, y se mostró agradecido a todos los sectores que han defendido al Estado. Los alcaldes recordaron que ellos y sus poblaciones habían sido las víctimas de lo ocurrido, sus ciudadanos y en no pocos casos sus familias, por lo que la recuperación del orden republicano no se podía imponer solamente con buenas palabras. Macron quiere evitar generalizaciones, sino el estudio de caso por caso. Sancionar a las familias por lo que hicieron los menores es muy delicado, pero el centro y la derecha quieren imponer sanciones ejemplares y los comerciantes, empresarios, dueños de edificios o establecimientos asaltados o destruidos, los dueños de los vehículos quemados y otros daños, reclaman que alguien pague por ellos y no que sean el conjunto de los franceses quienes tengan que hacerlo.

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