Opinión

El respeto que merece la coherencia personal de Ramón Tamames

Solía decir Indro Montanelli que, al analizar los sorprendentes sucesos de la política italiana, sobre todo determinadas alianzas, no cabía preguntarse el “cómo”, que solía ser lo más sencillo, sino el “para qué”, que era lo realmente determinante. Me acordaba yo de ello tras la noticia de que Ramón Tamames puede ser el candidato de Vox en la moción de censura a Sánchez. Repuestos de la sorpresa, cabe preguntarse para qué se metería el reconocido economista y político retirado en un asunto como éste y qué resultado espera obtener si finalmente se involucra. Pues ese “para qué” sería que Tamames le tiene ganas a Sánchez desde hace tiempo y quiere aprovechar la ocasión para decirle al tiempo lo que piensa de él, de sus aliados, de sus políticas y de cómo está el país.

Fueran los que fueran esos motivos, Tamames merece un respeto por su pasado, su obra intelectual y científica y hasta por su derecho a pensar lo que le plazca por parte de cierta izquierda y neo izquierda a la que tan bien ha sabido retratar. En su día, se entrevistó con Pablo Iglesias, pero Monedero no quiso hablar con él y sobre todo mostrar el inexistente estudio que se atribuía, realizado para Chávez, de una hipotética moneda bolivariana, una especie de euro para Sudamérica, que no quiso mostrarle porque era mentira, pero por lo que fue retribuido con una fabulosa cifra de bolívares.

Es evidente que muchos de los ahora escriben sobre Tamames no conocen ni su trayectoria ni biografía, ni han leído sus libros, desde el reciente “Casi unas memorias”, que desarrolla su peripecia vital, o el más reciente “La mitad del mundo fue de España”. Por no citar sus obras capitales sobre la economía española o el Mercado Común. En 1973, con Franco vivo, publica, dentro de una colección de historia de Alianza Editorial, “La República y la Era de Franco”, con un enfoque crítico que pese a ello superó a la censura del momento. Resulta indignante que la izquierda paniaguada critique ahora a este veterano activista de los años de plomo de mediados de los cincuenta con una falta de respeto, como cuando se dice que “se descojonan de risa” ante su aparición en escena.

Tamames fue un hombre esencial en la Transición española y en la propia actualización del viejo Partido Comunista y mantuvo siempre una coherencia de pensamiento y análisis como pocos. En el caso de Tamames se cumple el aforismo del filósofo Charles Sanders Perice, quien dijo que “la identidad de un hombre consiste en la coherencia entre lo que es y lo que piensa” ¿Qué saben ahora los bolivarianos de Podemos y sus contratas o los sanchistas” que “se escojonan de risa”? Claro que sorprende que Tamames dé si da ese paso y en tal compañía, pero alguna razón tendrá y un “para qué”, que no es obviamente ser presidente del Gobierno, sino aprovechar la tribuna para decirle a Sánchez a sus parroquianos, consocios y apoyos lo que piensa de él.

Conocí personalmente a Ramón Tamames en una de sus estancias en Vigo y recuerdo lo que me dijo durante la entrevista. Era entonces a principios de los ochenta y todavía no había dejado el PCE y fundado la breve Federación Progresista con la que participaría en la creación de Izquierda Unida, por la que sería diputado para luego acercarse al Centro Democrático y Social de Suárez. Venía a decir Tamames que la evolución del pensamiento, en la medida que se enriquece el conocimiento y la experiencia es un proceso lógico, sobre todo cuando se hace desde unos principios que fundamentan el conjunto. Y en este caso, tenía y tiene una clara concepción de lo que se espera que sea España como un todo. Quien haya seguido la obra y el pensamiento de Tamames, expuesto en libros, conferencias, en el Congreso o el Ayuntamiento de Madrid, prensa y radio, debe corresponderle con respeto, como intelectual, como investigador, como escritor y como hombre fiel a una coherencia personal en cada momento. En éste también, aunque nos sorprenda. Y sorprende.

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