Opinión

Timbas famosas en el recuerdo de los ourensanos

En las sociedades más comunes se jugaba con baraja española.
photo_camera En las sociedades más comunes se jugaba con baraja española.

En la historia urbana de Ourense ha habido timbas famosas. En aquellos años sesenta y setenta y anteriores, alcanzaron merecida fama algunos establecimientos donde el naipe circulaba airoso entre los numerosos parroquianos que era –y si ven son—maestros en el juego del tute, su variedad del “tute cabrón”, la brisca, la escoba, el subastado, las siete y media, el cinquillo, el chinchón y otras artes posibles gracias a don Heraclio Fournier, nacido en Burgos y muerto en Vichy, la tierra de sus mayores, como denota su apellido francés. Aunque la baraja española es anterior a su famoso negocio de fabricarlas, la empresa que él crearía trae causa de la mismísima Revolución Francesa, pues su abuelo, huyendo de las convulsiones de la época se vino a Burgos, donde se instaló la familia.

De las timbas famosas de Ourense, ninguna tan famosa, celebrada y concurrida a todas horas que la de “La Coruñesa”, y algún que otro establecimiento cercano, si bien también se jugara ya en el viejo “Hotel Roma”, en tanto en otros espacios de ocio, como fuera “La Bilbaína”, el sonido de fondo fueran las fichas del “dominó” en las sobremesas. En “La Coruñesa” se jugaba fuerte. Otro popular espacio de juego fueron algunas cafeterías de “La Alameda”, reino del tute en todas sus variedades, y donde surgieron verdaderos jugadores de leyenda, cuyo nombre se resiste a devolverme la memoria, pero no el recuerdo de su habilidad. No recuerdo yo que se jugara con otro tipo de baraja que la española. Sí me contó don Ramón Otero Pedrayo que en algunos lugares como el “Miño” no cuajaran las partidas, salvo un periodo inicial, pues no estaba bien visto en aquel lugar que hasta tuviera en lejanos tiempos actuaciones musicales.

En alguna de mis conversaciones con Xoaquín Lorenzo, “Xocas”, me contó que en alguna parte tiene que haber ido a parar el mobiliario del famoso hotel ourensano y que de haber existido entonces en Ourense la cultura urbana que aquí no se conoció, el famoso edificio hubiera sido conservado, pero esa es otra historia. Aquí en Ourense, el juego de naipes también marcaba las clases sociales. En las sociedades más comunes, fuera “El Orfeón” o “La Troya” se jugaba con el naipe común, pero en el “Liceo” hubo partidas de canasta con baraja inglesa o francesa, con la que pasaban las tardes señoras de aquel tiempo. Esto me recuerda –y la conté aquí—que me relatara don Ramón Otero Pedrayo que, en las fiestas de otrora, en la calle se bailaba de modo popular en las “Fiestas de trangallada”, en tanto en las sociedades sonaban violines.

Con frecuencia en tiempos anteriores a los que cito, la partida, digamos popular, acababa a veces en trifulca, y las desavenencias se solventaban en Los Remedios que era “el campo del honor”, donde se ventilaban los duelos, episodio al que se refiere Taboada Chivite. Tal parece que los duelos no tenían por lo general la causa de problemas de maridos y amantes con damas casquivanas, sino asuntos del juego. No he encontrado yo referencias a si en Los Remedios se aplicaba el “Cabriñana”, guía para batirse a fuego, aunque también hubiera duelos con arma blanca, que por lo general se resolvían a primera sangre, no fuera que la cosa se agravara.

Por lo general, en las timbas ourensanas había tres tipos de interés en las partidas. La más común era la consumición de los timbaleros; en un segundo escalón se jugaba “perras” de a poco, pero en las timbas de verdad corría el dinero y el riesgo. Y como ocurre en este campo, también había tahúres conocidos del lumpen urbano. En las timbas de más peso solía haber siempre, en otro tiempo, entre sus personajes, conocidos ganaderos y gentes de posibles. También se jugaba y fuerte en alguna de las “Casas de respeto” (o sea, de putas discretas), dentro de los servicios que ofrecían las madamas que las regían, asunto al que ya me he referido en otra entrega. Eran otros tiempos y otras formas de pasar el tiempo.

Lamentablemente, en nuestro tiempo, hay partidas que acaban mal. No hace mucho ocurrió aquí: la jueza del Penal 1 de Ourense condenó a un violento jugador por un delito de lesiones tras propinarle un puñetazo a otro y tirarlo al suelo durante una partida de cartas en la que se inició una discusión. Los hechos ocurrieron la noche del 23 de mayo de 2021 en un bar de Ramirás, en Celanova. La víctima sufrió heridas en la ceja izquierda y en las dos rodillas, y una fractura en un dedo, unos daños para los que precisó de tratamiento médico, una escayola y rehabilitación. La sentencia condenó al enjuiciado a tres meses de prisión, que no deberá cumplir si no delinque en dos años; una indemnización de 2.094 euros, en concepto de responsabilidad civil; y el pago de las costas procesales. Una partida cara.

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