Opinión

Volverán a sonar cornetas en el Cuartel de San Francisco

El próximo 23 de septiembre, tras 36 años silenciadas, volverán a sonar cornetas de la banda de guerra en el cuartel de San Francisco. Los veteranos del Regimiento de Infantería “Zamora 8 El Fiel” y todos los ciudadanos que lo deseen podrán volver a jurar bandera o hacerlo por primera vez en la del Regimiento de Infantería “Isabel la Católica, número 29”, en cuyo seno se halla el Batallón Zamora, que conserva historia y tradiciones de aquella unidad, disuelta en 1987, y que durante 43 años estuviera de guarnición en Ourense. Por allí pasaron miles de ourensanos y gallegos en general. El acto se celebrará en el Campo de Aragón, donde varias generaciones de soldados conservan recuerdos imborrables de su juventud.

Además, entre los actos previstos, se incluye la colocación de una placa conmemorativa en la roca que ocupa el lugar donde estuviera el mástil de la bandera nacional que se izaba frente a la puerta principal del cuartel y donde se encontraba el monolito dedicado a los caídos de la Infantería, lamentablemente dinamitado, cuando hubiera bastado cambiar su inscripción para albergar a todos los caídos del arma de todos los tiempos y bandos, como hubiera sido lógico. Es tiempo de recordar que la placa que por fin se va a colocar (aunque no en la fachada del que fuera cuartel, como sería de esperar) en todo caso va a corresponder a la vieja idea e ilusión del coronel don Antonio Castaño de Meneses, cuya vida militar desde capitán estuvo vinculado al “Zamora 8” y que siempre quiso que se recordara a los miles de soldados de remplazo que pasaron por las filas de la histórica unidad a los que tuvo especial y recíproco aprecio.

Como ya he contado, la última bandera (con el actual escudo nacional) que se arrió en San Francisco se halla en mi poder, luego que yo la encontrara, con otros recuerdos, en el suelo de lo que fuera la cocina del regimiento y que iba a ser quemada. En su momento, hice gestiones para que fuera conservada en el Ayuntamiento de Ourense en una vitrina, pero se me aconsejó que, dada la falta de interés de las autoridades locales, que en todo caso la meterían en un cajón, que desistiera de hacerlo. De todos modos, he ofrecido a las autoridades que organizan los actos del 23 de septiembre, ponerla a su disposición, por si quisieran izarla de nuevo. La gran bandera de gala de los grandes días, de enorme tamaño, también recuperada por mí, la entregué al museo del Regimiento de Infantería “Isabel la Católica número 29”, en Figueirido (Pontevedra), donde se halla.

De todos modos, hay que agradecer la sensibilidad del coronel de Artillería don Jesús Antonio Peñas Preckler, subdelegado de Defensa de Ourense, quien, apenas instalado en el cargo, hizo suyo el anhelo de sus predecesores y de todos los ourensanos que sirvieron en el Zamora 8 y de la serie de familias de antiguos mandos, lamentablemente ya desaparecidos, que residen en Ourense, para recordar en su antiguo cuartel aquella unidad tan querida y vinculada a la historia de la ciudad y de Galicia toda. El batallón que conserva el nombre del Zamora mandará sus soldados a formar en el mismo patio donde la unidad histórica realizaba sus paradas y ejercicios cotidianos. Será evocador y emocionante.

Teniendo en cuenta que el Zamora 8 recibió en su día la Medalla de Oro de la ciudad, es de esperar que a los actos de septiembre asista una amplia representación del vecindario y de las autoridades y representaciones institucionales. Como escribí en el prólogo del libro que dediqué al “Zamora 8” y Ourense, no es muy frecuente que, al contrario de lo que sucede aquí, una unidad militar, largo tiempo de guarnición, acabe tan entroncada con la vida y la historia de la urbe. Sin olvidar que el uso militar del cuartel supuso el cuidado y conservación del claustro del siglo XIV del antiguo cenobio franciscano. El antiguo “Tercio de Bobadilla” presenta una serie de perfiles que lo vinculan especialmente a esta tierra, como el hecho de que su segundo batallón, alzado en Lugo por Solís, aportó a la historia del constitucionalismo español a los mártires de Carral y el inicio del renacimiento político de Galicia. Junto a esta circunstancia sobresale el hecho que es el Tercio que aporta a la Infantería española el episodio de Bommel, en los Países Bajos del que saldrá la futura patrona del Arma, la Virgen Inmaculada que se celebra el 8 de diciembre.

Y conviene resaltar que el 23 de septiembre, también se recordará a los soldados del batallón Zamora que perdieron su vida en nuestros días en misiones internacionales de paz, cuya memoria se entronca y ennoblece la historia cuatro veces centenaria de nuestro regimiento.

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