Opinión

LO QUE NO ES NOTICIA

Esta temporada, salen a la palestra en todos los medios de comunicación, los sacerdotes sin señal del amor de Dios, siendo verdaderos puñales en la vida de los inocentes. No existen palabras que justifiquen tales actos. Aunque fuese solamente uno de esos niños, sería terrible. También se observa la ampliación de la noticia de forma morbosa, investigando en las vidas personales de cada pederasta sacerdote. ¿Lo hacen con los que no son sacerdotes? Sin embargo, ninguna noticia de los miles y miles de sacerdotes que consumen su vida por el bien de millones de niños y adolescentes más desfavorecidos de todo el mundo. Van entre caminos minados, transportando niños desnutridos sin que el gobierno de cada país haga nada, y las ONG no están autorizadas. Entierran a millones de niños desplazados de las guerras. Salvan la vida a millones de personas entre ellas miles de niños. Esto no es noticia.


En Angola han enterrado a cantidad de sacerdotes que ayudaban a sus gentes y no llegaban a los 40 años, no es noticia. En México están en un único puesto médico en 90.000 kilómetros, esto no es noticia. No interesa que los sacerdotes hayan socorrido a cerca de 15.000 personas en acuartelamientos de la guerrilla, después de la rendición, al no llegar los alimentos de la ONU ni del Gobierno. No es noticia que sacerdotes ancianos, recorran por las noches ciudades de todo el mundo, para salvar a los niños que se intoxican con gasolina. Que alfabeticen cientos de presos. Que tengan hogares para los chicos maltratados, golpeados y hasta violados, en busca de refugio. No es noticia que sacerdotes muy ancianos vayan casa por casa, reconfortando a los enfermos desamparados No es noticia que más de 60.000 de los 400.000 sacerdotes y religiosos hayan dejado su tierra y su familia, para servir en una leprosería, en hospitales, en campos de refugiados, orfanatos para niños acusados de hechiceros, o huérfanos de padres que fallecieron de sida, en escuelas para los más pobres, en escuelas de FP en centros de atención a seropositivos, o en parroquias y misiones, dando motivaciones a la gente para vivir dignamente. No es noticia que los sacerdotes que están en misiones sean ametrallados o asesinados de diferentes formas.


Decenas de sacerdotes han muerto por una simple malaria, por falta de socorro sanitario. Otros, visitando a su gente, han saltado por los aires al pisar una mina. No es noticia. Ellos no desean ser noticia, ni buena ni mala, pero tampoco que se mida a todos por el mismo rasero, por unos cuantos garbanzos negros que se desvíen del buen camino, como lo hacen muchos otros que no son sacerdotes, y que no piden perdón, ni se les da tanta cancha en ningún medio, y hasta las familias los ocultan y los protegen callando. A los sacerdotes les aumentan la noticia. El delito es el mismo. Todos somos hijos de Dios, no sólo los curas. Nadie puede tirar la primera piedra, y por desgracia, alimañas las hay entre creyentes y no creyentes, y buena gente también. No hay que exagerar, el sacerdote no se considera un héroe, sino un hombre que con su humanidad busca seguir a Jesús y servir a todos, pues los considera sus hermanos. Hace más ruido un árbol que cae, que un gran bosque que crece...

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